dijous, 27 de desembre del 2012

«Yo retraté la sonrisa de Franco»


http://www.elcomercio.es/v/20121224/oviedo/retrate-sonrisa-franco-20121224.html

24.12.12 - 01:38 - 
A sus 84 años, José Manuel Nebot acaba de estrenar su biografía 'Recuerdos de una vida militante'. Dice que tiene mala memoria, pero ningún momento importante se escapa dentro de estas páginas. Carácter rebelde y luchador constante, sigue pensando que uno debe siempre «luchar ante lo injusto». Su cámara fotográfica ha reflejado gran cantidad de instantes, de los que él ha formado parte delante o detrás de el flash.
-¿Sigue siendo comunista?
-Sí, por supuesto. Voy a morir con las botas puestas.
_¿Y cómo mira un comunista la respuesta social que se está dando al Gobierno ante su forma de gestionar la crisis?
-Los trabajadores tienen razón, suelen tenerla. Siempre tiene que haber lucha con todo aquello que es injusto, y yo creo que es injusto lo que quieren hacer, lo que están haciendo.
-Comunista y también fundador de la Federación de Autónomos de Asturias. ¿Cómo ve su situación?
-Realmente la cosa pinta mal para ellos, la situación es muy complicada. Cada día la crisis está más presente y el principal problema es que quita siempre a los menos privilegiados.
-Creó también la Asociación de Comercio de Oviedo. ¿Son tiempos difíciles para ellos?
-Por supuesto que sí. La situación es muy preocupante, y los problemas no se solucionan. La intranquilidad va cada vez a más, y crece en todos los sentidos.
-Echando la vista atrás, ¿cómo recuerda su etapa de militante comunista?
-Han pasado muchos años. Yo entré en el Partido Comunista en 1965, y desde entonces hubo momentos críticos, pero importantes. También personas especiales como Horacio Fernández Inguanzo, que fue uno de los hombres mejores que hubo en Asturias. Fui uno de sus grandes amigos, y con el que trabajé siempre muy a gusto.
-¿Qué quedan de todos aquellos años?
-Quedan sobre todo recuerdos de todas aquellas vivencias, de todos aquellos problemas que pasamos en cuanto a la represión del franquismo.
-Habla de la represión... le tocó sufrir varias detenciones.
-Varias, pero lo que más me preocupaba era la inquietud que creaba en la familia. Yo me casé dos veces, y a la última, a Rosa, le dije muy claro lo que realmente pasaba conmigo: que podían detenerme en cualquier momento. Tenía que tomar consciencia de ello y pensar si aceptaba o se negaba a casarme conmigo.
-En esos duros años compartió vivencias con gente como Laso, Gerardo Iglesias o Carrillo.
-Son muchos recuerdos con ellos. En el libro están algunos de ellos, como la foto con Carrillo. Yo viajaba a Madrid y conocía a toda la dirección de partido. Luchábamos juntos.
-Su militancia no le impidió fotografiar a la burguesía ovetense.
-Hubo muchas anécdotas y recuerdo que una vez bajaba a fotografiar una boda y escuché «¡qué pena que sea comunista!». Yo procuré siempre respetar todas las ideas, creo que es algo primordial. Siempre tuve un respeto muy grande por los que no piensan como yo.
-Y a Franco, ¿también lo retrató?
-Sí. Estaba en Ensidesa, los guardias de Franco con metralletas me impedían acercarme a él, no dejaban estar a menos de 500 metros, pero a mí me dio igual. Entonces me cogieron, protesté y el ministro del Aire dijo a Franco que mirase al fotógrafo. Me sonrió, y le retraté: esa sonrisa no era fácil de repetir. Al día siguiente me pidieron los negativos, tardé en entregarlos, y solo lo que me convino.
-Todas estas experiencias las recoge en su biografía, ¿qué podemos encontrar en ella?
-Toda mi historia y la historia de muchos personajes que fueron algo en la vida, que lucharon, y también de otros que no lucharon. Todo es importante.
-¿Luchar merece la pena?
-Mi consejo para los jóvenes es que protesten, que luchen, y que no callen ante la injusticia. Eso debe tenerse siempre en cuenta. Solo así pueden conseguirse resultados.