divendres, 12 d’abril del 2013

León Felipe, representante de exiliados de la Guerra Civil Española.


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Originario de Tábara, Zamora, en España, León Felipe vino al mundo el 11 de abril de 1884. Su infancia transcurrió en Salamanca y Santander, donde su padre se desempeñó como notario.
Cultura -
México, 10 Abr. (Notimex).- El destacado poeta español León Felipe, a quien se recuerda mañana que se cumplen 129 años de su nacimiento, es considerado representante de los creadores exiliados tras la Guerra Civil Española; sus versos poseen un talante crítico y de lucha contra las injusticias sociales.
Originario de Tábara, Zamora, en España, León Felipe vino al mundo el 11 de abril de 1884. Su infancia transcurrió en Salamanca y Santander, donde su padre se desempeñó como notario.
Posteriormente, se trasladó a Madrid, donde cursos sus estudios y trabajó como farmacéutico en varias ciudades, además fue actor para una compañía de teatro itinerante, de acuerdo con la biografía del poeta publicada en el portal de Internet “escritores.org”.
Su incursión en la literatura se dio en 1920 con su libro “Versos y oraciones del caminante”, cuya sencillez temática y estilística distanció al autor de las corrientes posmodernistas del momento.
Luego de ser encarcelado por tres años a causa de sus deudas, contrajo matrimonio con la peruana Irene Lambarri; administró varios hospitales de Guinea Ecuatorial, y en 1922 realizó un viaje a México, donde se desempeñó como bibliotecario, agregado cultural de la embajada española y profesor de literatura en diversas universidades.
En 1933 publicó el segundo volumen de “Versos y oraciones del caminante” (1930), en él desarrolló temas intimistas centrados en la experiencia cotidiana. Mientras que en su siguiente obra, “Drop a star” (1933), mostró una actitud moral y sus influencias literarias, lideradas por los poetas Walt Whitman (1819-1892), Antonio Machado (1875-1939), Miguel de Unamuno (1864-1936) y T. S. Eliot (1888-1965).
Tiempo después se trasladó a Panamá, sin embargo, no permaneció mucho tiempo en ese país, pues el estallido de la Guerra Civil Española (1936-1939) lo obligó a viajar a su país natal para apoyar la causa republicana.
Luego de volver a casarse, esta vez con la profesora Berta Gamboa, Luis Felipe decidió, en 1938, exiliarse definitivamente en México, donde realizó la mayor parte de su producción literaria, reseña la biografía del escritor publicada en el sitio electrónico “biografiasyvidas.com”.
La experiencia del conflicto social, político y militar que vivió, así como el exilio, le configuraron una voz poética combativa y rebelde, la cual plasmó en su obra “La insignia” (1937), a la que le siguió “El payaso de las bofetadas y el pescador de caña” (1938), “El hacha” (1939), “Español del éxodo y el llanto” (1939) y “El gran responsable” (1940).
En los siguientes años, el escritor español continuó escribiendo y publicó “Ganarás la luz” (1943), “Parábola y poesía” (1944) y “Antología rota” (1947), este último volumen reúne una selección de poemas que llegó a un gran número de lectores.
Tiempo después aparecieron “España e hispanidad” (1947), “Llamadme publicano” (1950) y “El ciervo y otros poemas” (1958), éste último es un canto elegíaco provocado por el fallecimiento de su esposa.
En su libro postrero, “Oh, este viejo y roto violín!” (1965), reflexionó sobre el tiempo, el sueño y la muerte, temas centrales de su última etapa creativa. Finalmente, el 18 de septiembre de 1968 Luis Felipe murió en la ciudad de México, a los 84 años.