dimecres, 4 de desembre del 2013

Día 5. El bisabuelo Juan ha cruzado el Atlántico.


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Quién te lo iba a decir a ti, bisabuelo Juan…

Paqui Maqueda es la única andaluza que declarará en los próximos días ante la jueza que instruye la causa contra los crímenes franquistas. En este diario narra sus sensaciones y experiencias en Buenos Aires, donde ha ido a buscar justicia

PAQUI MAQUEDA / 4 Dic 2013 1
Paqui, con la foto de su bisabuelo en el Congreso de Argentina.Paqui, con la foto de su bisabuelo en el Congreso de Argentina.

Día 5. El bisabuelo Juan ha cruzado el Atlántico

He crecido en un barrio marginal de la periferia de Sevilla. Allí tomé conciencia de mi pertenecia a la clase obrera, de la necesidad de la unión de los trabajadores y trabajadoras frente a las injusticias que nos rodeaban por cada esquina de nuestro barrio y de que solo a través de la lucha se conseguirían la justicia y los derechos económicos, sociales  y políticos que necesitamos para sentirnos también parte de la sociedad.
En una de esas esquinas de mi barrio hubo durante mucho tiempo una pintada que decía “La solidaridad es la ternura de los pueblos”. Desde que la Delegación española hemos llegado a Buenos Aires esta frase se ha hecho presente cada día, demostrándome que no era solo una pintada cualquiera, hecha por un cualquiera, en un barrio cualquiera de una ciudad cualquiera. Era y es todo una proclama con la que el pueblo argentino nos ha recibido, en un grandioso abrazo de hermandad, ternura y solidaridad.
Paqui, con la foto de su bisabuelo.
Paqui, con la foto de su bisabuelo, en el Congreso de Argentina.
Ayer un taxista que nos llevaba a uno de tantos lugares en los que hemos sido recibido nos decía, sin saber quiénes éramos, que se sentía orgulloso de ser argentino porque ahora su país estaba ayudando al pueblo español a saldar deudas con los represores españoles. Las mismas deudas que ellos han conseguido saldar. “Mirá (nos decía), aquí a los asesinos los hemos ido a buscar hasta debajo de la cama y no los hemos matado directamente, como ellos hicieron con los compañeros, sino que les hemos dado la oportunidad de juzgarlos. A ustedes también les pasará lo mismo, seguro que sí”.
Hoy en la mañana hemos sido recibidos por el Senado de la nación argentina. Por la tarde, por la Comisión de Derechos Humanos del Congreso. En las dos cámaras, los senadores y congresistas nos han recibido con hermosas palabras de solidaridad y en ambas cámaras se han emocionado profundamente cuando uno por uno les hemos contado quiénes somos y por qué hemos llegado a este país, tan lejano y tan cercano a la vez. 
Les he presentado a los congresistas a mi bisabuelo Juan Rodriguez Tirado y les he explicado que después de 77 años su cuerpo se encuentra tirado en una de tantas fosas comunes de nuestra Andalucía
En las dos recepciones me ha aconpañado la foto de mi familia, los cuberos. Les he presentado a los congresistas a mi bisabuelo Juan Rodriguez Tirado y les he explicado que después de 77 años su cuerpo se encuentra tirado en una de tantas fosas comunes de nuestra Andalucía. Le he dicho que él y sus hijos, mis tíos-abuelos Enrique, Pascual y Juan defendieron el legítimo gobierno de la II República española y que por ello fueron duramente castigados.
Y he pensado, a solas frente a la vieja foto familiar: ¡Quién te iba a decir a ti, bisabuelo Juan, que el amor y la admiración de tu biznieta te harían cruzar un día el Atlántico y que a más de 10.000 kilómetros de distancia recibirías la solidaridad del pueblo argentino y sus instituciones democráticas. Quién te lo iba a decir a ti, bisabuelo Juan…
Salú y memoria!
3-12-2013
AMHyJ

Día 4. Y la luz llegó al garaje Olimpo

El garaje Olimpo fue un centro clandestino de detención durante la dictadura argentina. Está situado en medio de un popular barrio de Buenos Aires, y cuentan los detenidos que han sobrevivido y que pasaron por este centro que cuando terminaban de ser torturados y reportados de nuevo a las celdas de aislamiento, escuchaban la vida pasar a través de un muro que les separaba de la calle y que los militares, en un intento de ocultar el terror, tapiaron inmediatamente.
La vida, cuentan los sobrevivientes, pasaba en forma de risas de niños que caminaban divertidos al colegio, en lluvia torrencial o en el típico ruido ensordecedor del loco tráfico de esta ciudad. La vida pasaba como si nada estuviese ocurriendo dentro de los muros de este garaje, donde la misma vida, con otra cara los condenaba al dolor, a la tortura y a la desesperación. Pero también la vida dentro de esos muros, entre estas personas, era resistencia y solidaridad y eso nos han querido transmitir hoy los compañeros que nos han descrito este lugar público de memoria, recuperado curiosamente por los vecinos que durante años pasaban en dirección al colegio, pasaban en sus coches, riendo y corriendo a sus trabajos y a sus casas y que sin embargo sabían que algo raro estaba ocurriendo allí. Callaron en la dictadura y gritaron bien fuerte después, organizándose ya una vez en democracia para echar a los militares de este garaje y seguir llenando de resistencia y compromiso este terrible lugar. Una de las detenidas que pasó por el garaje Olimpo y que hoy está desaparecida escribió a su hija las siguientes y premonitorias palabras: “...Yo y mis compañeros estamos comprometidos para acabar con las injusticias y estoy segura, hija mía, que lo conseguiremos, algunos vivos y libres, otros presos y otros en la memoria de los demás“.
En las puertas de los tribunales de justicia argentinos, donde hemos conocido que el juez Ruz ha citado a ‘Billy el niño’ y a ‘Muñecas’, nos hemos abrazado llorando de emoción, convencidas de que este viaje está lleno de sinergias, de energías positivas que están moviendo hilos invisibles a favor de nuestra lucha
Poco después nos hemos enterado de que en España el juez Ruz ha emplazado a Billy el niño y a Muñecas a declarar el jueves próximo en la Audiencia Nacional. En las puertas de los tribunales de justicia argentinos, donde hemos conocido la noticia, nos hemos abrazado llorando de emoción, convencidas (sobre todo las mujeres, lo tengo que decir) de que este viaje está lleno de sinergias, de energías positivas que están moviendo hilos invisibles a favor de nuestra lucha. Hemos quedado hoy en la noche para celebrarlo bailando tangos y brindando por este largo y hermoso viaje.
El arcoiris salió tras la lluvia.
El arcoiris salió tras la lluvia.
En la tarde hemos sido recibidos por la jueza María Servini de Cubría. En un acto lleno de solemnidad, uno a uno le hemos informado de quiénes somos, a que organización pertenecemos y por qué estamos en Argentina. Es este un acto que precede a las declaraciones que en estos días todos realizaremos y los abogados argentinos de nuestra causa nos han asegurado que no es normal que una jueza de la categoria de María de Servini realice este tipo de actos. Con palabras rotundas le hemos pedido la JUSTICIA que en el Estado español se nos niega y la seguridad que todos tenemos de que esta justicia será la que comience a romper el muro (otro muro) de la impunidad del fascismo español. La jueza nos ha dicho que ella hará lo que tiene que hacer, que nadie nunca jamás, en ninguna circunstancias ni en ninguna época de la Argentina, le ha parado los pies y que está dispuesta a ayudarnos dentro de sus posibilidades y teniendo en cuenta las dificultades internas y externas con las que cuenta.
En la tarde, mientras estábamos con la jueza, una lluvia fuerte ha caído sobre la ciudad de Buenos Aires. Y cuando este puñado de españoles salía del lugar donde se imparte justicia en Argentina, nerviosos y emocionados, un grandioso arcoiris lleno de luz nos ha recibido. Otra señal de esperanza, en este viaje donde se nos llena la boca de esta grandiosa palabra.
Salú y memoria!
2-12-2013
AMHyJ

Día 3. Un paseo por el Parque de la Memoria

Eran ya cerca de las 12 de la mañana cuando, bajo un sol asfixiante, la delegación española de querellantes en la causa argentina caminábamos por el Parque de la Memoria, en Buenos Aires. Paseábamos sobrecogidos y asombrados ante la inmensidad de este Parque, dedicado a la memoria de los cerca de 30.000 desaparecidos y desparecidas víctimas del terrorismo de estado que este país carga en sus espaldas. Situado frente al río de la Plata, se respira la presencia/ausencia de las personas desaparecidas en cada paso que damos, en cada una de las esculturas que distintos arquitectos han construido para rememorarlos, para no olvidarlos. Porque la Argentina ha decidido plantar cara a su pasado y en un ejercicio de valentía y dignidad, no exento de dolor, ha comprendido que para pasar las páginas de la historia de un pueblo, primero hay que leerlas y que en el presente está contenido el pasado, por muy traumático que haya sido este, por muchas heridas que haya provocado, por muchas cuentas que queden todavía pendientes de saldar.
Paqui y Noemí.
Paqui y Noemí.
Una pared enormemente larga y gris compone el monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado. El área de investigación de este monumento se encarga de la elaboración y actualización del listado de nombres de los detenidos/desaparecidos incluidos en él conforme avanzan las investigaciones. Las paredes, clasificadas por años, contienen los nombres de aquellos que desaparecieron en ese año y la edad que tenían en el momento de su desaparición. Las personas de la delegación española decidimos realizar un pequeño homenaje depositando unas hermosas flores blancas que aquí llaman jazmines en estas paredes. Yo expliqué el sentido que para los familiares tiene recopilar los nombres de los nuestros y proclamarlos en voz alta. Entonces ocurrió algo tan hermoso como emotivo: Noemí Fernández, una señora  argentina que nos acompañaba, me pidió que depositáramos juntas un ramo de flores en la pared del año 1977, al lado del nombre de su hermana, Ilda Adriana Fernández, que con apenas 25 años había permanecido secuestrada en la ESMA (antiguo cartel de la armada argentina y centro de detención) y en uno de lo que llaman los “vuelos de la muerte”, tirada al Río de la Plata desde un avión.
Ilda, estudiante de Bellas Artes y delegada del Sindicato de Publicidad, fue tirada al Río de la Plata desde uno de los vuelos de la muerte. Muy emocionada, su hermana nos explicó que su familia era originaria de Andalucía
Ilda era estudiante de Bellas Artes y delegada del Sindicato de Publicidad. Muy emocionada, Noemí nos explicó que su familia era originaria de Andalucía, emigrantes económicos que allá por el año 1910 decidieron buscarse la vida allende los mares, recalando en Buenos Aires. Su abuelo paterno, Pedro Fernández, de Marmolejo (Jaén), se enamoró de una andaluza como él, su abuela Elisa Durán, de Málaga, y formaron una familia de la que nacieron seis hijos. Uno de ellos fue el padre de Noemí y de Ilda, Ricardo Fernández. Para no romper con la tradición familiar, Ricardo se casó con otra española. Pilar Sánchez, de origen gallego.
Y Noemí y yo, emocionadas y cogidas de las manos, enmedio de un silencio respetuoso que cortaba el ambiente, depositamos flores a Ilda Adriana Fernández, en este Parque convertido en Lugar de Memoria gracias al tesón y la constancia del pueblo argentino para no olvidar a sus compatriotas, en un acto de amor y respeto rotundo y definitivo.
Y una tristeza solo comparable con la inmensidad de este parque me sobrecoge. Y pienso cuánto tiempo más tendremos que esperar las víctimas de la represión franquista, cuántos océanos más tendremos que cruzar para poder pasear en una calurosa mañana de domingo como ésta por un espacio público donde podamos sentir como aquí la presencia/ausencia de nuestros desaparecidos.
Salú y memoria!
1-12-2013
AMHyJ

Día 2. Las mejores compañeras de viaje

A veces cuando la miro la cara de Mercona Puig Antich se me hiela el corazón: me salva del dolor el rostro alegre de esta catalana, siempre sonriendo, siempre cercana y divertida. Mercona es hermana de Salvador Puig Antich, joven estudiante catalán asesinado por el franquismo español el 2 de marzo de 1974 en plena juventud. Fue ajusticiado a garrote vil, método de asesinato utilizado por el franquismo con la intención de escarmentar a la población y disuadir los brotes de rebeldía que por aquella fecha inundaban ya el Estado. Acude a la justicia argentina para pedir justicia en nombre de su hermano.
La señora Ascensión Mendieta se pasea nerviosa entre cámaras de fotos y curiosos que la rodean continuamente. Es hija de Timoteo Mendieta, asesinado el 16 de noviembre de 1939 en las tapias del cementerio de Guadalajara. Su cuerpo se encuentra en la fosa común de este cementerio. Bastó para su condena que fuese miembro de UGT y presidente de la Casa del Pueblo. Ni los 77 años transcurridos desde la finalización de la guerra, ni los 10.000 kilómetros de distancia que separan nuestro país de Buenos Aires ni los 88 años que recién ha cumplido le han impedido realizar este largo viaje para declarar ante la jueza argentina y solicitar justicia en nombre de su padre.
Ascensión, con su tarta.
Ascensión, con su tarta.
María Josefa Zorrosa es sobrina de Teófilo Zorrosa, uno de los tripulantes del mercante Udondo, que fue apresado en el Cantábrico por las tropas sublevadas de Franco en septiembre de 1936. Teófilo, junto a sus 40 compañeros de tripulación y dos pasajeros, fueron conducidos a Serantes, cerca del Ferrol, donde fueron fusilados sin juicio alguno contra las tapias del cementerio, en tres grupos de 14 personas.Marijo viaja a  Argentina para pedir justicia y reparación en nombre de su tío.
La madre de Soledad Luque dio a luz dos hijos, mellizos, en la antigua Maternidad Provincialde O’ Donell el 25 de enero de 1965. A los 25 días le comunicaron que el varón, Francisco, había fallecido. Su cuerpo fue presuntamente incinerado por la propia maternidad sin que nadie de la familia viese el cuerpo del pequeño. Después de recabar bastante información y documentos, la familia de Soledad ha denunciado el supuesto robo de Francisco y han creado la asociación Todos los niños robados son también mis niños. Soledad viaja a Argentina para denunciar estos hechos y solicitar justicia en la desaparición de su hermano Francisco. 
“¿Y tú que le vas a decir a la jueza, niña?, nos preguntamos nerviosas unas a otras, como cuando éramos pequeñas
María Antonia Oliver es nieta de Andreu París, asesinado en Mallorca junto con su hermano en 1936. Despues de seis largos meses en la carcel, ambos desaparecieron, dejando sumida a la familia en una  profunda tristeza. Es presidenta de la Asociación Memoria de Mallorca y ha interpuesto la querella por sus dos familiares y unas 1.600 víctimas de desaparición forzada y asesinatos en esta isla. Viaja a Argentina para denunciar estos hechos y pedir justicia para las víctimas.
Elsa Osaba pertenece a la Asociación de Descendientes del Exilio Español. Es hija, nieta y sobrina de refugiados españoles en Francia. Una vez acabada la guerra civil, su familia se refugió en Francia. Sus tíos lucharon con la resistencia francesa contra la ocupación de Francia y apoyaban pasando armas a la resistencia española contra Franco. Se persona en la querella argentina por el exilio y la deportación que sufrió su familia y viaja a Argentina para pedir justicia en nombre de los suyos.
Ángela Fernández se ha personado en la querella contra los crímenes del franquismo junto a diez mujeres españolas más para denunciar los malos tratos sufridos en el Preventorio Infantil Doctor Murillo de Guadarrama, Madrid, cuando era una niña. Las niñas que acudían a estas especies de colonias infantiles eran de origen pobre y se suponía que iban a estar bien alimentadas y cuidadas en el tiempo que pasarían en ellas. Pero la realidad era diferente y solo recibieron malos tratos, escasa comida, humillaciones, castigos físicos y abusos sexuales. Viaja a Argentina para pedir justicia y reparación para ella misma y las niñas que vivieron esta terrible situación, hoy en día ya mujeres que recuerdan con dolor y rabia estos hechos.
Y con estas compañeras de viaje voy paseando orgullosa por las calles de Buenos Aires, compartiendo historias, confidencias, risas, abrazos, lágrimas y esperanza. Esperando declarar en los próximos días ante la jueza María De Servini. “¿Y tú que le vas a decir, niña?, nos preguntamos nerviosas unas a  otras, como cuando éramos pequeñas.
creo firmemente en que la fuerza de las mujeres moverá el mundo y que juntas, como siempre, conseguiremos JUSTICIA para esta noble causa que ha hermanado a más de 10.000 kilómetros de distancia a mujeres tan distintas, valientes y decididas.
Salú y memoria!
30-11-2013
AMHyJ

Día 1. Por esto estoy subida en un avión rumbo a Argentina

“En la madrugada del 22 de agosto de 1936 una larga fila de hombres sube a un camión. Salen de la Plaza Arriba, la plaza del pueblo, como viene sucediendo en los días pasados. No hay dudas sobre su destino. Entre ellos se encuentra Juan el cubero. Es ya un anciano y algunos hombres le ayudan a subir al camión que toma el camino de Lora del Río. Como si la vida le hiciera un guiño y le diera la oportunidad de despedirse de los suyos el camión pasa por la casa que hasta ahora ha sido suya, donde descansan los que quedan de su familia, su mujer Dolores y dos de sus cinco hijos: Antonio y José. Cierra fuertemente los ojos e intentando imaginar el sueño que sueñan, se despide de ellos. Momentos después su espalda nota ya la fría tapia del cementerio. Entre los gritos del pelotón de fusilamiento escucha la agitada respiración del joven al que han puesto a su lado. Sus miradas se cruzan, manteniéndose juntas hasta que oyen cargar las armas. Juan cierra los ojos después de ver cómo Frasco alza el puño cerrado y grita con rabia un ¡¡Viva la República!! Sus ojos se llenan de lágrimas”.
Así comenzaba Azul oscuro, el relato que hace ya algunos años escribí para exorcizar el espanto que me supuso conocer el trágico final de mi bisabuelo Juan Rodríguez el cubero y sus tres hijos, Enrique y Juan, condenados a vagar por distintas prisiones y campos de concentración y Pascual, asesinado por la “justicia” de Franco una vez finalizada la guerra civil cuando intentaba volver a Carmona, su pueblo. Para aumentar el castigo en el año 1941 la vivienda familiar es incautada por orden de Queipo de Llano. Mi familia pagó muy caro defender el legítimo gobierno de la II República española.
Paqui Maqueda con una foto de su bisabuelo. // LAURA LEÓN
Paqui Maqueda con una foto de su bisabuelo. // LAURA LEÓN
Desde que conozco esta historia estoy intentando, desde las filas de la Asociación Andaluza Memoria Histórica y Justicia recuperar el buen nombre y la memoria de mis familiares. Junto a ellos, el de miles de andaluces y andaluzas que fueron ajusticiados en tapias de cementerios cuyos cuerpos están aún hoy desaparecidos, que sufrieron cárcel y exilio, que vivieron años de ostracismo, de humillaciones y vejaciones, que sufrieron hambre y vivieron rodeados de miseria por formar parte del bando de los vencidos. Hemos denunciado estos hechos en los juzgados territoriales, en las Audiencias Provinciales e incluso en la Audiencia Nacional. Estas instancias han archivado nuestras denuncias y el único juez que fue capaz de escuchar a las víctimas y de hacer su trabajo ha sido apartado de la carrera judicial nada más y nada menos por el Tribunal Supremo de este país. A estas alturas está bien claro que con estas denuncias las asociaciones de MH estamos rompiendo el muro de impunidad que supuso el pacto de silencio de la tan cacareada transición en relación con las graves violaciones de DDHH que cometió el franquismo y que personas bien influyentes, instaladas en dependencias judiciales y políticas de nuestro país, no están dispuestas a revisar la historia reciente de España. Quizás teman lo que se pueda descubrir y quizás aun teman más las consecuencias derivadas de ello. 
“Personas bien influyentes, instaladas en dependencias judiciales y políticas de nuestro país, no están dispuestas a revisar la historia reciente de España”
Por eso hoy me encuentro en un avión que cruza el atlántico rumbo a Argentina, un país que acoge la voz de las víctimas españolas y se hermana con ellas. Un país cuya justicia ha admitido a trámite la denuncia presentada por un grupo de descendientes de españoles en relación con los crímenes de lesa humanidad cometidos por el fascismo español en el periodo que abarca desde 1936 hasta 1977. Y en sede judicial yo y mis compañeros, españoles todos, vamos a declarar lo que les pasó a nuestras familias para que un país que no es el nuestro aplique los tres pilares básicos del Derecho Internacional: VERDAD, JUSTICIA Y REPARACIÓN.
Me acompaña en este viaje la sensación de sentirme parte de una familia de “apátridas”. Viajo más de 10.000 kilómetros para pedir la justicia que se nos niega en nuestro propio país. La España que forjaran los vencedores de aquella contienda del 36 sigue sin corazón para acoger el clamor de las víctimas. La España “grande y única” cree que puede conceder el “perdón” y llegar a la “reconciliación” sin aplicar justicia. Los descendientes de las víctimas no se lo vamos a permitir. Esta vez no pasarán.
Salú y memoria!
28-11-2013
AMHyJ