dissabte, 28 de juny del 2014

CeAQUA. 28/06/14.




Posted: 27 Jun 2014 08:06 AM PDT
Sergi Tarín // Una bolsa de golosinas y una bebida isotónica. Con estas herramientas afronta Lidia Falcón (Madrid, 1935) el relato de los instantes más duros. Lo hace en un reservado de un céntrico hotel de Valencia. En breve está prevista su intervención en una mesa redonda de Amnistía Internacional sobre el Día Mundial de la Tortura. “Es la primera vez que voy a entrar en detalle”. Licenciada en Derecho, Arte Dramático y Periodismo y Doctora en Filosofía. Con cerca de 40 obras publicadas (entre ellas Viernes y 13 en la calle del Correo), es una referencia del feminismo español.
Tras un sorbo al líquido naranja, la mano temblorosa cae sobre la falda. “Bueno, qué se le va hacer”, libera Falcón un suspiro y se propulsa en una narración hacia las cloacas de la dictadura y dos de sus protagonistas más turbios: el comisario Roberto Conesa (implicado en el asesinato de Las Trece Rosas) y Antonio González Pacheco, Billy el Niño, de quien han solicitado su extradición a Argentina para ser juzgado por los crímenes del franquismo.
En su conferencia ha anunciado que tratará momentos temibles de su vida. ¿Son confesables en esta entrevista?
Deberían serlo y debería haberlo dicho mucho antes. Tantos camaradas que han sufrido también la tortura, hay una parte, como yo, que no lo contamos con detalles. Nos detuvieron, nos torturaron y ya está. Y que la gente imagine o piense lo que quiera. Y no sé si hemos hecho bien, pero debe ser que no queremos repetirlo por no revivirlo. Pero algunos compañeros me convencieron de que es aleccionador contarlo con detalle.
Entonces…
Teníamos una relación política y amistosa con Eva Forest y Alfonso Sastre. Vivían en Madrid y nosotros en Barcelona. Compramos un piso céntrico en Madrid porque tenía el propósito de montar un despacho en la capital. Era el verano de 1974. Teníamos que hacer obras y Eva Forest nos aconsejó que Antonio Durán, un habilísimo albañil [del Partido Comunista], nos hiciera una pequeña construcción que no podía verse por fuera porque la recubría de azulejos y parecía que no había puerta. Se abría con unas ventosas. Quedaba un hueco dentro. La verdad es que no pensaba que me sirviera, pero Eva insistió mucho. Entonces, desde Barcelona, le envié el dinero y las llaves de la casa.
¿Llegó a ver el piso?
Nunca. En agosto de ese año la Guardia Civil detuvo, a tiros, a dos etarras en el País Vasco. Al registrarlos encontraron una agenda con el 13 de septiembre marcado: “Rolando, 2:15-2:30”. Y el 13 de septiembre explosionó un carga enorme en la cafetería Rolando de Madrid, enfrente de la Dirección General de Seguridad, en la calle del Correo. Hubo 13 muertos y 84 heridos. La policía relacionó aquello con la detención de los etarras, que convenientemente interrogados explicaron que en Madrid tenían una cabeza de puente que ellos llamaban “La loca”, “la tupamara” y “Vitia” [se trataba de Eva Forest]. Y que habían estado en Madrid y ella les había alojado en pisos francos. Uno de ellos era el mío.
¿Cómo se fraguó el atentado?
La llamaron operación Caperucita Roja porque era meterse en la boca del lobo. Convenció a la cúpula etarra, que estaba en Burdeos, que después del asesinato de Carrero Blanco, que había sido una acción tan exitosa, había que hacer otra todavía más espectacular. ¿Qué podía ser? Volar la Dirección General de Seguridad en Madrid. Forest realizó una prospección, pero la vigilancia era férrea. Entonces se percató de que los policías iban a la cafetería Rolando, que estaba enfrente. Cuando llegaron los activistas de Francia, los llevó a ver la cafetería y al día siguiente colocaron la carga. Nosotros estábamos en Barcelona completamente en la inopia.
¿Cómo se produjo su detención?
El 16 de septiembre, tras interrogar a los etarras, la policía detuvo a Eva Forest. Le abrieron el bolso y, entre otras muchas, sacaron las llaves de mi casa. “Son de la casa de Lidia Falcón y Eliseo Bayo”, contestó. Inmediatamente llamaron a la Jefatura de Barcelona para que nos detuvieran. Después de registrar mi despacho sin encontrar nada, a la una de la madrugada nos metieron en dos coches. Eliseo y mi hija en uno. A mí en otro. Mi hijo, que tenía 16 años, lo detuvieron y lo tuvieron tres días en la Jefatura de Barcelona. No nos dijeron adónde nos llevaban ni porqué. Condujeron toda la noche y casi a las 10 de la mañana llegamos a Madrid, a la Dirección General de Seguridad. Como entrabas por la calle del Correo, vi la cafetería destrozada. El edificio estaba en ruinas. Entonces sí que pensé que nos matarían.
¿Relacionó su detención con el atentado?
Aún no. Pero teníamos mucha inquietud. No sabíamos nada. Ni que habían detenido a Eva. Primero me bajaron a los calabozos, que eran medievales, auténticas mazmorras, sótanos de piedra con arcos. Había arriba un tragaluz por el que veías la calle y los pies de la gente. En la primera celda estaba Eva. Con una alegría sin igual me dice: “Pero Lidia, ¿qué haces aquí? Tú no tienes nada que ver con esto”. Tampoco sabía que ella estuviera relacionada con el atentado.
¿Cuándo lo supo?
Nos subieron a interrogatorios. La primera cosa es que aparece un policía enorme, un gigante, y dice: “¡Aquí está una de las asesinas!”. Y con una guía de teléfonos me da un golpe en la cabeza. Después me llevaron al médico. Dije que había tenido una pequeña inflamación hepática aquel verano. Acto seguido me pasaron al interrogatorio con Billy el Niño y el comisario Conesa y otro que no recuerdo. Todo parecía normal. Me sientan en una silla y me preguntan por Eva Forest. Siempre es larguísimo. Hay un reloj allí y vas contado los minutos. Mientras los entretienes va pasando el tiempo. Era una ingenua porque no tenían ningún tiempo tasado. Creía que respetarían el plazo de los tres días, pero estuve nueve.
¿Cómo era Billy el Niño?
Le gustaba pegar y gritar. Era el que actuaba. El comisario Conesa estaba sentado y miraba. Otro iba escribiendo. Billy me decía que mi hija, de 18 años, también estaba en los calabozos y que allí podía encontrar novio. Fue casi lo primero, el saludo. Al cabo de horas, me puso en pie y me cogió de un brazo y me sacudió. Eso fue después lo más visible, cuando era lo menos importante, porque una parte del brazo se me puso negra. El primer puñetazo fue al hígado. Cuando intenté protegerme, me cogieron los brazos y los sujetaron para darme más puñetazos en el hígado. Esto se prolonga un tiempo que ya ni sé. Cuando se cansaron, me ataron los brazos y me colgaron de algo que tenían allí preparado para seguir pegándome. El abdomen fue lo peor. Me rompieron algún músculo, alguna capa que protege el intestino. Una de las veces me desperté en el suelo. Me estaban echando agua. Y el médico me estaba tomando la tensión y decía: “déjenla descansar”.
¿Esto el primer día?
Esto se repite y se repite. Se cansan ellos. Los tres primeros días eran continuos. Después ya eran cuatro o cinco horas y te bajaban a la celda y te dejaban allí. No te daban nada de comer ni beber. Cuando pasaron los tres días y pensaba que todo acabaría, me suben y me encuentro con el juez militar. En vez de que te sacaran de la detención y te llevaran al juzgado, el juez se personaba allí.
Dice que Billy el Niño gritaba mucho. ¿Qué le decía?
“Asesina, nos has querido matar” y “estos monstruos que quieren deshacer España”. Era un gasto inútil. No sabía nada. Yo, desde luego, me vi muerta. Cuando perdía el conocimiento era estupendo. Cuando te despertabas y veías gritando a los tres, pensabas que no tenía fin. Eran impunes. Una de las veces ya no me pudieron subir andando y lo hicieron a rastras. Y ya no me colgaron porque casi no valía la pena. No tenían donde darme.
¿Qué secuelas le han quedado?
Al colgarme de los brazos se rompieron los tendones supra espinosos. Los dolores eran grandes. Los médicos no sabían qué hacer y optaron por las operaciones. Los tengo con muchas limitaciones. He hecho cinco años de rehabilitación. La primera operación fue a los dos años: tenía rotos unos tejidos, decían que era un hernia abdominal. De esa parte tengo tres intervenciones. La última, una cicatriz que va de lado a lado.
¿Por qué se decide ahora a contar todo esto?
Porque ha pasado el tiempo. Por consejo de algunos compañeros.
¿Se plantea repetir el testimonio ante la jueza María Servini y adherirse a la querella argentina contra los crímenes del franquismo?
Tendría que haberlo hecho ya. Debo hacerlo. Muchos compañeros han insistido y me han facilitado el nombre de los abogados. Lo haré en septiembre.
Posted: 27 Jun 2014 05:40 AM PDT
En una conversación con Víctor Hugo Morales, un querellante en la causa que investiga, desde Argentina, los crímenes de lesa humanidad del franquismo expresó su preocupación por el desprecio a los derechos humanos de Eduardo Duhalde.
‘Chato’ Galante es uno de los representantes de CeAQUA, un militante contra los crímenes de lesa humanidad cometidos por la dictadura de Francisco Franco es España.
Galante escuchó las declaraciones del expresidente Eduardo Duhalde en la TV española y expresó su indignación: “Que este señor niegue tajantemente el derecho a la justicia a las centenares de miles de víctimas del franquismo nos deja apabullados”.
“Durante 70 años hemos estado luchando por ese derecho universal, reconocido por todos los tratados internacionales y resulta que algunos no lo han concedido para vergüenza de nuestros gobiernos”, advirtió el querellante en la causa que investiga delitos de lesa humanidad, a través de la jurisdicción internacional.
El defensor de los derechos humanos calificó de “imbécil” la argumentación de Duhalde y cuestionó la incoherencia de un personaje como este, “en un país que es referente de la justicia universal”.
Galante además, igualó las explicaciones que dio el expresidente y hoy dirigente opositor -vinculado al massismo, más específicamente- con las explicaciones con que los franquistas sostuvieron sus nefastas políticas de opresión y tortura.
Rechazo desde la Secretaría de Derechos Humanos
El secretario de Derechos Humanos afirmó que “la apropiación y desaparición de más de 100 mil niños por el Franquismo no es un problema sólo de los españoles” y se preguntó de manera irónica: “¿Quién más que Duhalde, que avaló la impunidad en Argentina, puede opinar semejante torpeza jurídica y política?”.
“Le costó demasiado esfuerzo a la comunidad internacional, después de las grandes matanzas, construir un mundo civilizado como para que un dirigente como Eduardo Duhalde opine tan ligeramente, pretendiendo descender de los umbrales que logramos en cuanto a condición humana”, destacó Fresneda.
“Ciertamente los argentinos no haremos con Servini de Cubría lo que los españoles hicieron con Baltazar Garzón”, sostuvo el funcioanrio.
“Señor Eduardo Duhalde, por si no sabe, los crímenes de lesa humanidad lesionan la condición humana, excediendo las fronteras de los países, afectando a la humanidad. Por eso se llaman crímenes de lesa humanidad”, definió el secretario el sinsentido de la opinión duhaldista.
“Hay demasiados muertos, desaparecidos, torturados. Demasiado dolor, como para que usted irresponsablemente opine con tanto desprecio sobre la búsqueda de justicia por parte de las víctimas”, sentenció.
Posted: 27 Jun 2014 03:47 AM PDT
La Asociación La Comuna de Castilla y León y el sindicato CCOO de Ávila han organizado en la capital abulense un acto informativo sobre la ‘Querella Argentina’ contra los crímenes del franquismo, una charla por el Ateneo Cultural ‘Jesús Pereda’ de CCOO Castilla y León en la que se ha contado con la participación de una de las abogadas que llevan el proceso, la argentina Ana Messuti, y con dos de los miembros de la Coordinadora Estatal de Apoyo a la Querella Argentina (CeAQUA), José María Galante y Soledad Luque, todos ellos presentados en el acto por Óscar García, secretario general de CCOO en nuestra ciudad.
La conocida como ‘Querella Argentina’ surgió el 14 de abril del año 2010, cuando se interpuso querella ante los tribunales de justicia de la República Argentina con el objetivo de que se investiguen los crímenes cometidos por los integrantes de la dictadura franquista, se identifique a sus responsables y se los sancione penalmente.
Dicha querella fue presentada por familiares de asesinados y desaparecidos durante la dictadura y diversas asociaciones españolas y argentinas, y a día de hoy, y tal y como explicó la abogada Ana Messuti, diversas medidas adoptadas por el Juzgado acreditan que la querella avanza sólidamente hacia el cumplimiento de sus objetivos, y actualmente “ya hay dos imputados y existen otras veinte imputaciones solicitadas en tramitación”.
Todos los participantes en la charla se mostraron de acuerdo que este proceso se ha podido llevar a cabo gracias al principio de justicia universal, que permite juzgar los crímenes de unos países en otros diferentes llegando a acuerdos de para imputar o extraditar a los implicados.
Tal y como explicó Messuti, que hizo un pormenorizado análisis de la situación de la querella, hace pocos mese la juez que lleva el caso en Argentina “ha podido estar en España tomando declaración a testigos e imputados”, e incluso, indicó, “hemos estado avanzando sin un fiscal y hoy ya tenemos uno que lo lleva todo de forma más organizada”.
Por su parte, Galante advirtió en su intervención que “estos crímenes nunca deben prescribir”, y se mostró dolido, porque “no hemos podido encontrar justicia en nuestro país y nos hemos visto obligados a buscarla fuera”, además de que “hemos tenido que luchar contra la incredulidad”, refiriéndose aquí a que muchos creyeron que esta querella que se puso en marcha en Argentina nunca llegaría a ningún sitio, lo que contrasta con los grandes avances que anunció Messuti.
Finalmente, Soledad Luque, también mostró la misma postura que Galante, y aseguró, alabando el proceso argentino, que “es increíble que todos estos logros que se han conseguido en tan poco tiempo, en España no los hayamos conseguido en tantos años de democracia”, y aprovechó para hacer un llamamiento a ciudadanos, políticos, sindicatos, etc. para “crear una masa social” con la que se favorezca la difusión de su causa.
Posted: 27 Jun 2014 03:20 AM PDT
El pleno del ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz ha aprobado por unanimidad la iniciativa de la Plataforma Vasca contra los crímenes del franquismo para señalizar los lugares de la memoria de la capital alavesa, elaborar un censo oficial de víctimas de la represión e intervenir en la simbología, callejero y cargos honoríficos que todavía hoy ensalzan a la dictadura.
El Ayuntamiento estudiará los crímenes del Franquismo y abordará la recuperación de la llamada Memoria Histórica. Todos los grupos municipales, incluido el PP, han votado una moción que pide crear un grupo de trabajo que estudie la recuperación de la Memoria Histórica. Idoia Garmendia ha mostrado el “rechazo y la condena a los crímenes del Franquismo”, por lo que se ha sumado a la moción presentada por toda la oposición.
Esta moción busca la colocación de una placa en el Ayuntamiento con todos los nombres de las víctimas franquistas, tras realizar un catálogo oficial. El consistorio apuesta por incluir a todos los trabajadores y cargos públicos republicanos del Ayuntamiento.
Además el Ayuntamiento creará tres lugares de la memoria, en los que se cometieron la mayoría de los crímenes franquistas. El primero de ellos será el muro del Cementerio de Santa Isabel, donde fueron fusilados muchos vitorianos. El segundo punto será el Convento de los Carmelitas, utilizado como cárcel durante la Guerra, mientras que el tercer lugar de la memoria estará ubicado en el local que ocupaba la Cárcel de la Calle Paz.
El plan busca también retirar o modificar nombres de calles con simbología franquista, al tiempo que pide señalizar o retirar otros elementos de origen franquista aún existentes. Es el caso de la cruz de Olarizu.
Esta es la iniciativa de la Plataforma Vasca contra los Crímenes del Franquismo aprobada hoy por unanimidad en el pleno del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz (la moción presentada conjuntamente por EAJ-PNV, PSE-PSOE y EH BILDU, también ha recibido los votos a favor del PP).
Hau da gaur Gasteizen aho batez aurrera atera den Frankismoaren Krimenen aurkako Euskal Plataformaren ekimena (EAJ-PNV, PSE-PSOE eta EH BILDUk aurkeztutako mozioari PP-k baiezkoa eman dio ere bai) /