dilluns, 6 d’octubre del 2014

La gesta de la Cuesta del Purón.


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La gesta de la Cuesta del Purón.

En las primeras horas de la mañana del día 4 de septiembre de 1937, regresó a primera línea la 179ª Brigada Mixta del Cuerpo de Ejército de Asturias dirigida por Baldomero Fernández Ladreda, desplegando a sus fuerzas en la línea de defensa de la margen izquierda del río Purón.
A esas alturas de la guerra sus batallones estaban muy disminuidos de personal, no olvidemos que venían de protagonizar una gesta en el puerto de El Escudo, donde hicieron morder el polvo a las fuerzas italianas durante 48 interminables horas, llegando a destruir varias tanquetas.
Siguiendo las órdenes de su comandante, el Batallón Voroshílov nº 236, que estaba integrado en su práctica totalidad por milicianos voluntarios procedentes del concejo de Lena, se encargó de la custodia de las cotas 153 y 193 de la sierra plana del Purón, enlazando por su izquierda con el Ladreda, a la altura del molino, mientras que por su derecha lo hacía con el Bárzana.
Minutos más tarde de entrar en primera línea, las posiciones ocupadas por los republicanos comenzaron a ser machacadas por la artillería franquista emplazada en la sierra plana de La Borbolla y también por la de los bous rebeldes próximos a la costa. Por si ello no fuera bastante, los aviones de la Legión Cóndor también dejaron caer su mortífera carga sobre los desprotegidos milicianos. Esta intensa presión hizo que pronto se retiraran a las unidades gubernamentales desplegadas en el llano, dejando a los lenenses en muy mala situación por la posibilidad de ser flanqueados.
Tras otra preparación artillera, contando nuevamente con la colaboración de la aviación, el 2º Batallón de América y el Tercio de Navarra iniciaron el asalto de las líneas gubernamentales, encontrándose de frente con el fuego de las ametralladoras y los morteros de los hombres del mayor Alfredo Fernández Noval. Avanza en vanguardia la 2ª Compañía del Tercio de Navarra, mandada por el capitán Fermín Lara; le siguen la tercera, al mando de Carlos Ciganda y la primera, a cuyo frente va José Luis Negrillos; la cuarta del capitán Domingo Munuzábal queda de reserva, mientras que flanqueando al Tercio progresa el 2º Batallón de América.
A pesar de que la fuerza que realiza el asalto posee una aplastante diferencia numérica, más de mil hombres contra algo menos de trescientos, los republicanos plantean una resistencia encarnizada. Según se van acercando los enemigos, los morteros y ametralladoras dejan paso a los fusiles y después éstos a las bombas de mano. Instantes más tarde se llega al combate cuerpo a cuerpo y ahí es donde los de Lena echan el resto, obligando a los requetés a replegarse con grandes bajas.
Este tan solo será el primer ataque y pronto tienen lugar dos nuevas acometidas que también terminarán en fracaso, sufriendo los fascistas un nuevo quebranto. No sería hasta el cuarto intento, cuando los rebeldes lograron introducirse en las improvisadas trincheras de los republicanos, pasando a la bayoneta a los escasos defensores que aun permanecían con vida.
Entre las numerosas bajas sufridas durante esa jornada por el Tercio de Navarra, cabe destacar el fallecimiento de los capitanes Fermín Lara y José Luis Negrillos, el teniente Goguidjonashvidi y los alféreces Cervantes y Zavala. Por su parte, el 2º Batallón de América también padeció un gran quebranto, perdiendo a tres de sus cuatro capitanes.
Los partes nacionales hablarán ese día de seis oficiales muertos, siete heridos y más de dos centenares de bajas de tropa. Como acostumbraban a hacer en estas ocasiones, no especifican entre los soldados heridos y fallecidos, sin duda para no hacer público el alto precio de vidas que tuvieron que pagar para poder hacerse con el control de la cuesta de El Purón.
El daño sufrido por el heroico batallón republicano no sería menor, quedando totalmente diezmado. Durante los días siguientes, algunos vecinos del lugar vieron enterrar numerosos cadáveres en dos grandes fosas abiertas para la ocasión, otras fuentes orales aseguran que eran más de un centenar.
En el momento de escribirse este modesto artículo la cuesta de El Purón sigue sin contar con ningún tipo de reconocimiento público por parte de las administraciones y la historia de aquel grupo de valientes milicianos sigue pasando inadvertida para la mayoría de la gente, como sucede con numerosos hombres y lugares en los que también fueron inhumados cientos de personas que dieron su vida en defensa de la II República.
Gloria y honor para nuestros héroes.
Tomado del libro “Historia del Ejército Popular en Asturias. Voluntarios del primer día”.
Verdad, Justicia y Reparación.