dimarts, 16 de desembre del 2014

Una (todavía más) dramática historia. Valdenoceda.


https://exhumacionvaldenoceda.wordpress.com/2014/12/15/una-todavia-mas-dramatica-historia/


15 de diciembre de 2014.- 
Uno de los muertos en el penal de Valdenoceda es David Ruiz Ruiz. Nacido en Santa Gadea de Alfoz (Burgos), estaba casado y dejó mujer e hijos. Murió el 15 de diciembre de 1941, hace hoy 73 años. Pero la historia de este hombre y de su familia es hoy, tantos años después, aún más dramática, si cabe.
Como muchos sabéis, la parcela que era propiedad de Instituciones Penitenciarias y en la que estuvieron enterrados la mayor parte de los muertos en la prisión se encontraba colindante con el cementerio viejo. En los 70 (o quizás en los años 80), sin previo aviso, la Iglesia se hizo (no sabemos cómo) con la propiedad de la parcela que era propiedad de Instituciones Penitenciarias, con el objetivo de ampliar el cementerio.
Hecho esto, la Iglesia construyó una pared y, poco después, comenzó a enterrar a los muertos del vecindario de Valdenoceda en esta zona, toda vez que el cementerio viejo ya no tenía capacidad.
Durante los entierros de las personas del pueblo, los enterradores locales excavaron hasta una profundidad de unos 70 centímetros, siguiendo la costumbre de los pueblos. En esas excavaciones, necesarias para enterrar a los lugareños recién muertos, no aparecieron huesos de los presos. ¿Por qué? Muy sencillo: entre 1938 y 1943, los años en los que estuvo abierta la prisión de Valdenoceda, el entierro de los presos muertos corría a cargo de los propios compañeros. Los supervivientes preparaban una caja, en la que introducían al muerto con alguna de sus pertenencias (poquísimas) personales y lo trasladaban hasta la parcela. Allí, los presos procedían a excavar una tumba de 1 metro de profundidad, una profundidad mayor que las de los enterramientos actuales. Creemos que cavaban tan hondo con el objetivo de que las alimañas no pudieran, en ningún caso, llegar a los restos de los presos, toda vez que la parcela estaba abandonada y era muy sencillo el acceso hasta las tumbas de los presos.
Así, los presos enterraron a 12 muertos en el cementerio viejo (donde se cree que puede estar enterrado también Félix Torres, alcalde de Hoz que fue asesinado en Valdenoceda en 1936), a 2 presos más en plena calle y a los demás (139) en la parcela de Instituciones Penitenciarias.
Exhumación de 2007
Conseguidos los permisos (incluso del Obispado de Burgos) y con una primera subvención del Ministerio de la Presidencia, en febrero de 2007 se inicia en Valdenoceda la exhumación de los muertos en la calle (los 2, ya identificados y entregados a sus familias) y en la parcela. Pero en este caso, de los 139 muertos que creemos había en esta parcela, sólo pudimos exhumar 114. Creemos que continúan 25 restos debajo de las tumbas más nuevas de ciudadanos de Valdenoceda.
Durante esta exhumación se consiguió sacar enteros, como decimos 2 restos de la calle y 114 de la parcela. En estas tareas de exhumación, las antropólogas descubrieron un cráneo y parte del tórax de un muerto en Valdenoceda. Intentaron, incluso metiéndose en parte debajo de una tumbas modernas, extraer el resto del cuerpo, pero les fue imposible. Ante la imposibilidad de sacer ese resto de ahí, tomaron una muestra de ese resto, un diente.
El estudio antropológico de Luis Ríos (de Aranzadi y la Universidad Autónoma) ya parecía advertir que ese cuerpo podría ser el de David Ruiz Ruiz. Localizada la familia de David Ruiz, su hijo, que vive y asiste todos los años a Valdenoceda, donó una muestra de saliva para el ADN. Y, efectivamente, el análisis reflejó que ése era el resto de ADN. David Ruiz Ruiz está, por tanto, identificado, pero no ha podido ser exhumado. Su hijo y sus nietos quieren recuperar sus restos.
Sólo será posible si conseguimos una ayuda que permita trasladar las tumbas nuevas de ubicación, a otra zona de la parcela (ya despejada, puesto que hicimos la exhumación) y procedemos a la exhumación de las 25 personas que aún permanecen ahí debajo, cuyas familias, todas, las esperan.
La de David Ruiz es una historia doblemente dramática. A su muerte se une el hecho de que su hijo no ha podido recuperar los restos de su padre, a pesar de estar éste identificado. Doble dramatismo para una doble injusticia.
En la foto se aprecia la parcela y la zona en la que están los enterramientos nuevos. Debajo de uno de ellos se encuentran parcialmente los restos de David Ruiz, 73 años después de su muerte
En la foto se aprecia la parcela y la zona en la que están los enterramientos nuevos. Debajo de uno de ellos se encuentran parcialmente los restos de David Ruiz, 73 años después de su muerte