dissabte, 24 de gener del 2015


Sea este correo para recordar,  que el 27 de enero se rinde tributo a las víctimas del Holocausto. En esta fecha se conmemora la liberación en 1945 por las tropas soviéticas del campo de concentración y exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau.
En el blog escribimos esta entrada

CIUDADANOS DE LAS MERINDADES EN LOS CAMPOS DE MAUTHAUSEN Y GUSEN. En la que recogíamos la información que había sobre ciudadanos de las Merindades en aquellas tierras.

CIUDADANOS DE LAS MERINDADES EN LOS CAMPOS DE MAUTHAUSEN Y GUSEN.

“¿Quién le iba a decir al poeta Antonio Machado, que tanto hizo en esta vida para que esas puertas con Europa estuviesen bien abiertas, que las iba a encontrar tan oscuramente cerradas en los días de su muerte? No quiero evocar tales momentos, siglos debí decir, en que rodeado tan de cerca por su familia, las únicas puertas que le dejaron atravesar fueron las de la muerte” (MANUEL ALTOLAGUIRRE)
El 27 de enero es el Día Oficial de la Memoria del Holocausto Judío y la Prevención de los Crímenes contra la Humanidad en España.
Entre las víctimas del nacionalsocialismo alemán también hubo ciudadanos de las Merindades.  Este periplo por el infierno de los años treinta y cuarenta es recorrido que se les cierra la puerta de su patria. Hubo muchos campos, pero para los españoles destacó Mauthausen-Gusen, inicialmente había un solo campo , pero con el tiempo se expandió hasta convertirse en uno de los complejos de campos de concentración más grande de la zona nazi de Europa.
El pueblo de Mauthausen, no muy lejos de Linz (Austria) y del lugar donde nació Hitler, fue elegido para emplazar un campo de concentración por su cercanía a una cantera de granito en la que habían de trabajar los presos. El campo de Mauthausen, situado en el valle del Danubio, fue concebido como campo central para toda Austria.Entre 1938 y 1945, a esta localidad llegaron, hacinados en trenes, cerca de 200.000 deportados. Sus habitantes no podían desconocer lo que ocurría: el olor de los cuerpos incinerados impregnaba el aire a todas horas. Mauthausen era el único campo nazi de la categoría III, la de los prisioneros considerados irrecuperables. De ahí que el comandante Ziereis advirtiera a cada nuevo grupo que sólo saldrían de aquel infierno por la chimenea. Mauthausen fue liberado el día 5 de mayo de 1945, tres días antes de la rendición del Reich.
En el campo de concentración nazi de Mauthausen  y Gusen  murieron al menos los diez siguientes ciudadanos de Las Merindades.
    •  Vidal Ruiz de la Peña. Natural de Villanueva-Ramplay en el Valle de Zamanzas. Nacido el: 03/11/1906, es deportado a Mauthausen el 06/08/1940 Fallece en prisión, en el campo de exterminio nazi de Gusen el 16 de noviembre de 1941 con 35 años.
    • Felipe Angulo Vela: nacido en Arza de Ayega (Valle de Mena),el 11 de abril de 1913, vecino de Arza, de la quinta del 34, debió combatir en las filas republicanas y escapar a Francia, donde fue capturado por los alemanes, siendo deportado el 22 de mayo de 1941 al campo de exterminio de Mauthausen (Austria), pasando a Gusen el 20 de octubre de ese año, y falleciendo el 25 de noviembre de 1942  Tenía 29 años
    • Benito Martínez Martín: nacido en Santa María del Valle de Mena (¿Tudela?) el 10 de mayo de 1879, vecino de Santa María, debió escapar a Francia y ser apresado por los alemanes, siendo deportado desde Angulema (Francia) al campo de exterminio de Mauthausen (Austria) el 24 de agosto de 1940, pasando a Gusen el 24 de enero de 1941, y falleciendo el 30 de julio de 1941. Tenía 62 años.
    • Eugenio Alarcia Obregón, Preso en Gusen Mauthausen donde estuvo recluido con muchísimos españoles exiliados Deportado el 27/01/1941. Falleció preso allí, al igual que  otros 722, el 2 de enero de 1942. Era natural de Quincoces de Yuso Nacido el:  04/01/1914
    • Cirilo Andrés Báscones 28 años. Nació en Noceco (Montija)  el 9 de febrero de 1913, vecino de Noceco. Debió escapar a Francia y fue deportado por los alemanes al campo de exterminio nazi de Mauthausen (Austria) el 27 de enero de 1941, muriendo en prisión en Gusen el 2 de octubre o diciembre de 1941Falleció el 02/10/1941. Sucumbió en el campo de concentración nazi de Mauthausen.
    • Timoteo Alonso Millán, 41 años de Rebolledo de la Torre y vecino de Arija. Campo de concentración de exterminio alemán de Gusen el 17-12-41
    • Mariano Rodríguez Alonso, Natural de Rebolledo de la torre y  Vecino de Arija. Era secretario del Frente Popular. Campo de concentración de exterminio alemán de Gusen deMauthausen (Alemania) en 1941.
    • Félix Rayón Arenas, nacido en Quintanilla de Santa Gadea (Alfoz de Santa Gadea) el 23 de enero de 1919, de la quinta del 40, debió escapar a Francia, porque fue deportado por los alemanes al campo de exterminio de Mauthausen (Austria) el 25 de enero de 1941, falleciendo en prisión en Gusen el 2 de febrero de 1942 con  23 años.
    •  Marcelino Ruiz Alonso, nacido en Villanueva de los Montes (Oña), el 02/01/1905. Fue deportado a Mauthausen el, 09/08/1940, donde falleció el06/11/1941 con 36 años.
    • Ruiz Alonso, Marcelino, nacido en Villanueva de los Montes Oña, el 02/01/1905. Fue deportado a Mauthausen el, 09/08/1940, donde falleció el 6 de noviembre de 1941
  • Algún otro pudo estar en otros campos como Vicente Riancho: nacido en Quintanaentello (Valdebezana) el 1 de septiembre de 1893, debió escapar a Francia, porque el 29 de mayo de 1942 fue deportado por los alemanes al campo de Gross-Rosen, en el que murió el 11 de diciembre de 1944 Tenía 51 años.
Otros tuvieron más suerte, consiguieron salir con vida y fueron liberados aquel 5 de mayo de 1945 como BIENVENIDO RÍO VESGA (Moneo,  Medina de Pomar –12/12/1914) preso en Mauthausen desde 25/05/1941, o LEÓN GÓMEZ GÓMEZ (Sotoscueva – Villabascones16/04/1920), preso en Mauthausen desde 19/12/1941.

LAS FASES (Calvario) DE AQUEL TERRIBLE EXILIO
La caída de Cataluña, en febrero de 1939, y la derrota republicana un mes después provocó un inmenso éxodo de más de 500.000 personas por la frontera francesa, huyendo de las represalias franquistas. Combatieron con la República hasta la caída de ésta, refugiándose en Francia, donde padecieron la nula hospitalidad de estos vecinos que, a pesar del trato, no dudaron en reclutarles, para combatir contra los nazis, y muchos fueron hechos prisioneros y enviados al matadero austriaco de Mauthausen y su campo satélite de Gusen.  
 1)  PRIMERA FASE: EL EXILIO EN FRANCIA: De  mano de obra barata a la legión extranjera.
Después de la derrota del ejército republicano, más de 500.000 republicanos y republicanas, entre los que encontraban muchos heridos, mujeres, personas mayores y niños, muchos de ellos huérfanos, cruzaron los Pirineos. Nada más llegar, su primer impacto en la frontera, fue encontrarse con una policía francesa hostil e intolerante que volvía atrás a ancianos desprovistos de documentación o de certificado de vacunación, y con la actitud inquisitoria y racista de muchos médicos que antes de meterlos en vagones de ganado les preguntaban si tenían piojos, sarna, si sufrían hambre, si padecían enfermedades, si llevaban oro o moneda francesa y a las mujeres si eran vírgenes, padeciendo multitud de ellas, todo tipo de vejaciones por parte de los gendarmes y autoridades francesas, incluida la violación. Fueron hacinados en campos de concentración improvisados donde padecieron todo tipo de penalidades. Muchas veces eran edificios en ruinas, sin luz, agua de un pozo, ratas, bichos y la vigilancia de los gendarmes con fusiles y metralletas, y otras veces en descampados a la orilla del mar sin ningún tipo de instalaciones donde había una carencia casi total de alimentos y sin servicios sanitarios, donde además, debían resistir a las maniobras realizadas por el gobierno francés y español para hacerles volver. En general sus condiciones de vida fueron similares a las que sufrieron los detenidos en los campos de la España de Franco, en muchas ocasiones, fueron metidos por la fuerza en trenes, devueltos directamente a España y puestos en manos de las autoridades franquistas, lo que supuso la muerte y la tortura para la mayoría de ellos.

Ante la masiva llegada de españoles a Francia, el gobierno galo decide sacar partido de la mano de obra, por un decreto del 12 de abril de 1939, los extranjeros refugiados en Francia que tuvieran entre 20-48 años sonobligados a prestaciones laborales por el mismo tiempo que los franceses realizaban el servicio militar. A los españoles se les ofrecieron cuatro opciones: ser contratados a título individual por patronos agrícolas o industriales, integrarse en Compañías de Trabajadores Extranjeros, alistarse en la Legión Extranjera o en los Batallones de Marcha de Voluntarios Extranjeros, unidades militares con mandos franceses. Sería un trabajo remunerado, pero por debajo de un obrero francés. Con posterioridad nacieron las Compañías de Trabajadores Extranjeros, unidades militarizadas mandadas por oficiales franceses. Los españoles, que vivían en unas miserables condiciones en los múltiples campos de concentración mayoritariamente en la zona de los Pirineos Orientales -Angeles sur Mer, Le Barcarés, Saint Cyprien-, verán en estas compañías una forma de escapar de la miseria. Entre la primavera de 1939 y el estallido de la II Guerra Mundial se apuntarán alrededor de 20.000 españoles.


2)  SEGUNDA FASE: LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL.
Gran parte de las Compañías fueron enviadas a la frontera para las tareas de la defensa nacional. Con el estallido de la Guerra, en septiembre de 1939, el encuadramiento de españoles se acelera, en pocos meses después ya eran unos 55.000 los españoles enrolados en las Compañías de Trabajadores. Junto a las Compañías de Trabajo, se ofrecía la posibilidad a los españoles del enrolamiento militar, o bien en la Legión Extranjera o bien en los Regimientos de Marcha de Voluntarios Extranjeros. Alrededor de 6.000 hombres se apuntaron a esta modalidad. La ofensiva alemana de mayo-junio de 1940 hace que los españoles se vean envueltos nuevamente en la vorágine de la guerra. Para ellos era simplemente continuar con el combate contra el fascismoque había empezado en España en 1936. La rápida ofensiva alemana desborda fácilmente las líneas francesas y atrapa a decenas de miles de prisioneros en las zonas fronterizas. Comenzaría un nuevo calvario para los  republicanos españoles.

El Gobierno de Reynaud abandonó la capital el 10 de junio de 1940 y dimitió. El nuevo gobierno dirigido por Petain solicitó un armisticio. Francia quedó dividida en dos zonas: la costa atlántica y del Canal de la Mancha junto con gran parte del norte quedó ocupada por Alemania, y el resto bajo la administración del gobierno colaboracionista de Vichy presidido por Petain. Los alemanes capturaron a la mayoría de españoles tras el armisticio de Vichy y los deportaron desde los campos franceses al territorio del Reich. Entre agosto de 1.940 y junio de 1.941 unos 6.000 prisioneros fueron enviados a los campos de exterminio del Reich, adonde también llegaron en transportes posteriores, otras mujeres y hombres detenidos por haber participado en actividades de la Resistencia. Fueron internados en Stalags(campos de origen),  como prisioneros de guerra y conducidos muchos de ellos a campos de concentración como Dachau, Buchenwald o Mauthausen.  Hay una carta de Himmler ordenando de orden del Fürher la deportación a Alemania de republicanos españoles y antifascistas italianos en Francia, y su envío a campos de concentración y exterminio. Requerido por las autoridades germanas para determinar el destino de estos prisioneros, Franco replicó que no eran españoles; de ahí que en Mauthausen llevaran el triángulo azul de los apátridas, con una S -de spanier- en el centro. Otros republicanos se incorporaron a la resistencia francesa y fueron detenidos a los largo de la guerra.

3) TERCER ACTO: Deportados a Alemania y esclavos del III Reich.
Para los nazis la persecución, la concentración y el exterminio formaban parte de la guerra y con ellos cumplían dos objetivos: la eliminación de los enemigos y de las “razas inferiores” y cubrir la necesidad cada vez más urgente de mano de obra, sobre todo desde 1.942. Para estas finalidades concibieron los campos de concentración y de exterminio bajo el mando de Himler, máximo responsable de las SS. Las mujeres y los hombres antifascistas que cayeron en manos de los nazis acabaron deportados a diferentes campos de Alemania, Polonia y Austria como Dachau, Flossenbürg, Auswitz y Büchenwald, aunque el destino de la mayoría de las republicanas y republicanos españoles fue Ravensbrück para las mujeres y Mauthausen para los hombres.

Los españoles capturados por los alemanes son internados en campos de prisioneros de guerra. No hay cifras exactas, unos 15.000 españoles fueron apresados. Los apresados son sometidos a una exhaustiva investigación y que los españoles son identificados expresamente para el cambio de consideración. Ya no serían considerados prisioneros de guerra sino apátridas, antifascistas y enemigos declarados de la Alemania nazi y, por lo tanto, serían desplazados a otro tipo de campos, los de exterminio.  El destino de la gran mayoría de los españoles fue el campo de concentración de Mauthausen, concebido como campo de exterminio para detenidos por casos graves incapaces de la rehabilitación y cuyos prisioneros nunca serían liberados. El propósito es que los presos vivieran el tiempo suficiente para utilizarlos como mano de obra esclava antes de que les llegara la muerte. No estaba previsto, por lo tanto, que alguien saliera de él con vida.

De los 8.000 españoles de Mauthausen murieron alrededor de 5.000, la mayor parte de ellos entre 1941 y 1942 y, sobre todo, en el campo auxiliar de Gusen, adonde llegaban ya debilitados y el trato era peor que en el propio Mauthausen.

El trato salvaje que le propinaban los kapos, la dieta de desnutrición programada y los durísimos trabajos de las canteras diezmaron rápidamente a un porcentaje altísimo de los españoles. Los que estaban ya enfermos fueron conducidos a las duchas y les echaron agua helada, a otros les obligaban a permanecer desnudos a la intemperie en pleno invierno. Los que sobrevivían eran rematados con inyecciones de bencina. La mortandad de españoles a lo largo de 1941 será elevadísima.  “En los primeros tiempos de entrar a Mauthausen la situación para los detenidos era dramática: hambre, disciplina, castigos, poca ropa, falta de noticias exteriores, trabajos duros, ningún medio de curarse, raciones de comida exactas, severo control en la cocina y amenazas constantes sobre el crematorio…”  En diciembre de 1941 cuatro de cada cinco fallecidos son españoles.

Enrolados en comandos dirigidos por los kapos, trabajaban en canteras, talleres subterráneos, excavaciones, fábricas de ladrillos, pantanos…o en tareas inútiles hasta la muerte o el límite de su resistencia física. Hasta el año 1.939 el trabajo prioritario consistió en la construcción del propio campo con la extracción de material de la cantera, que comprendía la tristemente famosa escalera de 186 escalones por la que los deportados tenían que cargar bloques de 30 ó 35 kg.

Las jornadas de trabajo a que fueron sometidos eran terribles, duraban de la madrugada a la noche, a los que había que sumar la arbitrariedad de las órdenes, la insalubridad, la precariedad del alojamiento, el déficit alimenticio, el frío, el agotamiento de las largas revistas y de los castigos. Estas condiciones de vida les hacían padecer enfermedades como la disentería, el tifus, la tuberculosis, la septicemia, además de otras que les llevaban a la muerte en el término medio de tres a seis meses.

Las torturas estaban a la orden del día: colgamientos, castigos públicos, azotes con látigos de nervios de buey que tenían que ser contados en alemán por los mismos presos y aislamiento en celdas de castigo sin agua ni comida. Estas prácticas solían acabar con la vida del prisionero, aunque también los lanzaban contra las alambradas electrificadas o a los perros para que los descuartizaran.

A 17 km. de Mauthausen, en el castillos de Hartheim, fueron gaseados muchos presos republicanos y otros sometidos a todo tipo de experimentos médicos. Les utilizaron para experimentar la resistencia al frío, a la oscuridad, a la altitud. Fueron quemados, esterilizados, sometidos a vivisecciones con extracción de nervios, músculos, huesos…asesinatos de recién nacidos delante de sus madres. La muerte más común que se les aplicó, además de la asfixia en la cámara de gas desde donde eran conducidos a los hornos crematorios, fue la inyección de bencina en el corazón y el ahogamiento en depósitos de agua, aunque a estas formas había que añadir los suicidios por desesperación o por inducción, las ejecuciones o la aplicación de la “ley de fugas”.

Cuando los americanos liberaron el campo de Muthausen quedaban 2.184 republicanos vivos. Aquí habría que hacer constar que no obstante sus condiciones de vida, consiguieron organizar la resistencia, crearon comités clandestinos que transmitían información, reanimaban a los más agotados o enfermos, intentaban mantener la moral alta y organizaron fugas y revueltas. Cuando los soldados norteamericanos entraron en Mauthausen, banderas republicanas sustituían a las alemanas y cubría la puerta del campo una gran pancarta en la que podía leerse:“los españoles antifascistas saludan a las fuerzas libertadoras”. Allí fueron asesinados unos 116.000 hombres, entre ellos al menos 5.000 españoles.

Ahora, nos queda el compromiso moral y la responsabilidad histórica de no olvidar y de realizar una tarea constante de denuncia del exterminio nazi, que algunos incluso llegan a negar, en una sociedad en que las nuevas acepciones del nazismo no han dejado enningún momento de ser una amenaza frente a los valores democráticos de la libertad y la solidaridad.
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