dijous, 19 de febrer del 2015

Unos sí pudieron enterrar a sus muertos. Otros, no


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19 de febrero de 2015.- 
Muchas veces oímos eso de “barbaridades cometieron los dos bandos”. Sin entrar en el fondo de la cuestión, en los detalles ni en el número de víctimas, es verdad. En las dos zonas de la guerra civil (guerra que fue consecuencia de un golpe de Estado) se cometieron barbaridades. Pero ese dicho (“barbaridades se cometieron en los dos bandos”) se utiliza por unos como si ellos sí hubiesen sido capaces de perdonar, en contraste con los que no pueden hacerlo.
Lo cierto es que la guerra y la posguerra española es un cúmulo de acontecimientos desconocidos para la mayor parte de la población. Nos explicamos:
Finalizada la guerra, una parte de la población española fue expresamente autorizada por el régimen a exhumar los restos de los suyos para poder enterrarlos de forma digna en un cementerio. El régimen franquista incluso apoyó esta iniciativa con un Decreto, de fecha 1 de mayo de 1940, alentó a las autoridades a aprobar esas exhumaciones y exoneró a esas familias del pago de tasas.
Esas familias, sólo ésas, pudieron enterrar dignamente a los suyos y comenzar así, de esta forma, a elaborar su duelo familiar. Y un duelo es lo que, cuando se pierde a un ser querido, se necesita, para comenzar a superar una pérdida y ser capaces, con el tiempo, incluso de perdonar.
Reproducimos aquí una imagen del BOE, con el decreto firmado por Serrano Suñer.
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El decreto dice, textualmente:
Orden de 1 de mayo de 1940 sobre exhumaciones e inhumaciones de cadáveres de asesinados por los rojos.
Ilmo. Sr.: Por orden 6 de mayo de 1939, se dispuso que todo aquel que desee exhumar el cadáver de alguno de sus deudos asesinado por la horda marxista, para ser inhumado en el cementerio, podía solicitarlo dentro del plazo de seis meses, sin que tuviera que abonar derechos sanitarios de ninguna clase.
Numerosas instancias fueron presentadas al amparo de dicha disposición, y muchas más siguen presentándose después de transcurrido el plazo marcado, porque con posterioridad al mismo se van localizando los cadáveres a que se refieren.
Atento este departamento a atender tan justas aspiraciones de los familiares de aquellos que gloriosamente cayeron por Dios y por España victimas de la barbarie roja,
He tenido a bien disponer:
Primero.- Toda persona que desee exhumar el cadáver de alguno de sus deudos que fueron asesinados por la horda roja, para inhumarlos de nuevo en el cementerio, puede solicitarlo del Gobernador Civil de la provincia correspondiente, que , previa justificación de aquel extremo, concederá el permiso para el traslado e inhumación con arreglo a las disposiciones sanitarias vigente.
Segundo.- Si la exhumación y consiguiente inhumación hubieran de hacerse en lugares de distinta provincia, la solicitud habrá de ser elevada a la Dirección General de Sanidad.
También habrá de dirigirse la instancia a la Dirección General de Sanidad cuando la inhumación haya de verificarse en criptas, templos, casas religiosas o en sus locales anejos. Si hubiera de practicarse en alguna iglesia o casa religiosa, habrá de proceder la autorización eclesiástica.
Tercero.- La instancia solicitando la autorización correspondiente será elevada por el familiar del finado de más próximo parentesco, el que, en consideración a la patriótica muerte de su dudo, estará exento de pago de derechos sanitarios.
Cuando se trate de religiosos o religiosas, la instancia la presentará el Superior la  Comunidad  a que perteneciese el asesinado, y gozará asimismo de la exención de derechos mencionada.
Cuarto.- Quedan vigentes la Orden de 22 de octubre de 1936 y la de 31 de octubre de 1938 en cuanto no se oponga a la presente.
Lo digo a V.I. para su conocimiento y efectos consiguientes.
Dios guarde a V.I. muchos años.
Madrid, 1 de mayo de 1940
Serrano Suñer
(Texto facilitado por Búscame en el Ciclo de la Vida, @buscameblog)
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Pues bien, unos pudieron, con el apoyo del régimen, exhumar a los suyos y enterrarlos dignamente. Pero ¿y los demás españoles?
Los demás españoles no pudieron. Y no sólo no pudieron exhumar para enterrar a los suyos dignamente, sino que, en esa misma época (especialmente en el primer decenio de la posguerra) sufrieron una durísima represión, con miles de fusilamientos -se calcula que no menos de 50.000 más-, muertes, escarnio, burla, juicios sin garantía alguna,…..
Estos españoles, tan españoles como los otros, no pudieron elaborar su duelo. No pudieron exhumar a los suyos, no pudieron enterrarlos dignamente…. y además tuvieron que sufrir acusaciones, insultos y la pérdida de sus seres queridos y hasta de sus bienes.
A estos españoles, tan españoles como los otros (insistimos), no se les dejó elaborar su duelo. No se les dió la oportunidad de llorar a los suyos, no se les dejó recordar s sus padres, a sus hermanos, a sus madres….
Transcurridas 7 décadas, casi 114.000 españoles continúan en fosas comunes, en parcelas, enterrados en lugares desconocidos. Y sus hijos y sus nietos no han tenido la oportunidad de velarles, de llevarles unas flores, de reparar su memoria, de enterrarles dignamente. Sus hijos y sus nietos no han podido superar su pérdida, como sí pudieron hacerlo otros españoles.
El Gobierno, cualquier Gobierno, debería dar la oportunidad a estas familias de reparar y comenzar a cerrar esa herida, de poder comenzar su duelo, de ofrecerles el derecho (que todo ser humano tiene) de enterrar a los suyos con dignidad y recordarles con cariño y admiración. El Gobierno está perdiendo una oportunidad.
No es revancha. No es odio. Sólo es necesidad de realizar el duelo, de reparar la memoria de nuestros padres y abuelos y de empezar a cerrar nuestra herida de una puñetera vez. ¿Es tan difícil entenderlo?