dissabte, 25 d’abril del 2015

“Valdenoceda era igual que Auschwitz”


http://exhumacionvaldenoceda.com/2015/04/20/valdenoceda-era-igual-que-auschwitz/


20 de abril de 2015.-
“Valdenoceda era igual que Auschwitz”. Así es como el sobrino de RAFAEL GONZÁLEZ SECADES, de Cuyences (Asturias) se imaginaba el penal, un lugar en el que los presos morían de hambre. Rafael murió en Valdenoceda el 18 de abril de 1940. Anteayer, el mismo día en que organizábamos la entrega a sus familias de 11 restos identificados, se cumplían 75 años de la muerte de Rafael en el penal.
Los familiares de Jesús y Rafael jamás supieron dónde se encontraban los cuerpos. De nada sirvió el empeño de José Manuel -hermano de los finados y padre de Jesús y Clementina, además de servidor en retaguardia a la República y preso político durante tres años-, quien exigió conocer el paradero y estado de sus hermanos. «Pero había que callarse. No se podía hablar de eso», lamentan los sobrinos de Rafael, ya localizados, en referencia a la dictadura.
Los combatientes Rafael y Jesús González Secades.
Rafael y su hermano Jesús. Jesús murió en la batalla del Ebro
Pese a todo, de Rafael sí tuvieron noticias, aunque escasas. De él llegaron dos cartas alertando de su cautividad en Valdenoceda, donde explicaba las penurias que atravesaba. También supieron de su muerte cuando un compañero envió a casa su reloj, que llegó camuflado en una caja de cerillas. «Si no hubiese hecho eso, se lo hubiesen quedado».
Jamás supieron con exactitud qué fue de Rafael. «Sospechábamos que pudiese estar en una fosa de la prisión, pero eso es todo». Hasta que la Agrupación de Represaliados en Valdenoceda -los González Secades jamás iniciaron trámite alguno para buscar y exhumar los cuerpos de sus familiares- se puso en contacto con Jesús para avisarle de que unos restos recién hallados en la zona podrían pertenecer a su tío. Le pidieron una muestra de saliva para comprobarlo, a lo que Jesús accedió sin problemas. Al parecer, la asociación prepara una placa con los nombres de todos los que murieron en Valdenoceda, que estuvo abierta entre 1938 y 1943, donde fallecieron, al menos, 154 presos republicanos. «Esperamos que esto sirva para que aquella barbarie no vuelva a repetirse, para que se sepa lo que allí sucedió». 74 largos años después, los González Secades al fin saben dónde está Rafael.
Texto recogido del diario asturiano El Comercio.