dissabte, 26 de setembre del 2015

40 años de los últimos fusilamientos franquistas: "Quedan heridas abiertas"


http://eldia.es/agencias/8320498-MEMORIA-HIST-RICA-Cronica-anos-ultimos-fusilamientos-franquistas-Quedan-heridas-abiertas


MEMORIA HISTÓRICA26/09/2015 11:22


Alberto Ortiz, Madrid, EFE "Cómo olvidarse de aquello...", Vicky Sánchez Bravo no puede olvidar el día que el plomo desgajó el cuerpo de su hermano José Luis, junto a los otros cuatro muertos en los últimos fusilamientos de la dictadura de Franco. Hoy, los familiares de aquellas víctimas siguen pidiendo justicia para los responsables.
José Luis tenía 21 años cuando fue fusilado por el régimen el 27 de septiembre de 1975. Su hermana narra que las semanas previas al fusilamiento estuvo meando sangre a causa de las torturas en los calabozos. Había sido condenado a muerte por militar en el Partido Comunista y en el FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota).
Manuel Chivite también luchó en aquellos años contra el franquismo y fue condenado a muerte, pero en su caso tal sentencia no se cumplió y ahora es miembro de la asociación de expresidiarios
"Una pintada te podía costar un tiro en la nuca, lo de correr delante de los grises no era un juego", comenta. Asumió la condena a muerte antes de que se produjera. El miedo, dice, era el peaje que había que pagar por intentar tumbar la dictadura.
Luego llegó el levantamiento de la pena. Un observador internacional calificó aquellos Consejos de Guerra como un auténtico fraude y la presión internacional hizo recular a un Franco convaleciente, tal y como relata el autor del libro 'Mañana cuando me maten', Carlos Fonseca, sobre aquellos fusilamientos.
"En el régimen se había instalado el convencimiento de que el fin del dictador no estaba muy lejano y conviven dos tendencias, una aperturista y otra que quiere un franquismo sin Franco", expone el escritor, que explica que de los once condenados en una primera instancia sólo ejecutaron a seis. "Los levantamientos de las penas fueron aleatorios", destaca.
Para Chivite, esta no es una lucha emocional, visceral... es una lucha de la razón y de la justicia: "Queremos que juzguen a los criminales, a nosotros ya nos juzgaron". Lo que quieren saber es quién organizó los fusilamientos, quién cobró por los disparos, quiénes estaban detrás de todo aquel proceso.
Se le oye vivo a través del teléfono. "¿Remover las heridas? Quedan heridas abiertas porque la Transición no las cerró", lamenta el que fuera activista contra el régimen de Franco. Opina que en España se pretenden cerrar los problemas por podredumbre, y al final, dice, "acaban engrasándose".
Coincide con él Pablo Mayoral. También se libró de la pena aquel día tras la gracia concedida por el dictador. "Me detuvieron en julio de 1975, me acusaron de la muerte de un policía y estuve sometido a brutales torturas durante cuarenta días en la cárcel de Carabanchel. Pena de muerte", apunta.
"Debe hacerse justicia, que la historia ponga en su sitio a aquellos con cuya sangre comenzó la dictadura", reclama, al tiempo que alerta de que siguen vivos en la sociedad algunos resquicios del franquismo.
Los hechos forman parte en estos momentos de la querella Argentina que instruye la jueza María Servini, quien ya ha ordenado declarar a ocho ministros franquistas, que no serán extraditados y que prestarán declaración en la Audiencia Nacional.
El escritor Carlos Fonseca se queja de las contradicciones legales que existen: por un lado está Ley de Memoria Histórica, que garantiza el acceso al material de esos años, pero por otro, la Ley de Patrimonio veta esos contenidos.
"No conozco a nadie que quiera recuperar la memoria para hacer revancha, sólo quieren justicia", añade, al tiempo que explica que recuperar la memoria es la única manera de que las heridas abiertas puedan cicatrizar.
"La memoria no es para mirar al pasado, sino para aprender de él y mejorar nuestro futuro", completa Chivite.
Mayoral todavía ve una quimera que se haga justicia tras tantos años de lucha. Vicky, la hermana de José Luis Sánchez Bravo, sostiene que el proceso es lo único que le queda: "Ya no me pueden devolver a mi hermano, pero sí se puede hacer justicia. Murieron luchando por la libertad".