dijous, 10 de desembre del 2015

Ascensión Mendieta: "He pensado mucho en cómo cayó a la fosa, si aún estaba vivo".

http://www.20minutos.es/noticia/2624538/0/memoria-historica/exhumacion-timoteo-mendieta/jueza-argentina-servini/

Esta anciana de 90 años está a punto de convertirse en la primera española que exhuma a un familiar represaliado tras la Guerra Civil gracias a la intervención de un juez extranjero y en virtud del principio de Justicia Universal. 

A día de hoy hay 1.350 familias que han cursado la solicitud para exhumar los restos de un familiar. Durante la Guerra Civil española y la dictadura hubo 114.000 desaparecidos. 

Consulta aquí el mapa oficial del Ministerio de Justicia sobre las fosas comunes y la identidad de los represaliados.
http://mapadefosas.mjusticia.es/exovi_externo/CargarInformacion.htm


SUSANA GOZALO 10.12.2015 - 06:36h 

Timoteo Mendieta "dormía", según recuerda su hija Ascensión, cuando unos "golpes en la puerta" habrían de trastocar para siempre la vida de esta familia retornada a su Sacedón natal (Guadalajara) nada más acabar la Guerra Civil. "Creo que vestía chaqueta y pantalón azul cuando se lo llevaron. 

No lo recuerdo bien", relata esta nonagenaria que está a punto de convertirse en la primera española que logra la exhumación de los restos de un familiar fusilado tras la contienda fratricida gracias a la intervención de una magistrada extranjera. En su caso, la jueza argentina María Romilda Servini de Cubría, haciendo uso del principio de Justicia Universal. 

Mi padre no cometió ningún crimen, pero cuatro días después de regresar a Sacedón se lo llevaronEn el expediente que la familia ha recuperado de la Capitanía General de Zaragoza (114 páginas) figura que Timoteo Mendieta fue fusilado en Guadalajara el 16 de noviembre de 1939 por "sindicalista" (era el secretario general de la UGT de su pueblo) y por "auxilio a la rebelión". 

Este hombre "de izquierdas", de 40 años, casado y padre de siete hijos —"al pequeño no lo conoció", matiza Ascensión—, cometió el error de confiar en las palabras del general Franco, quien al final de la guerra prometió clemencia para quienes no tuvieran las manos manchadas de sangre. 

"Mi padre no cometió ningún crimen, pero cuatro días después de regresar a Sacedón se lo llevaron. No hemos vuelto a verle", dice apenada esta anciana que era una adolescente de 13 años cuando perdió a su progenitor. 

"Consciente de su destino, no quiso que sus hijos le viéramos en la cárcel. Solo nos comunicábamos con él a través de una lata de membrillo de las de antes en la que mi madre, María, le hacía llegar las fotos que él pedía, las de sus hijos", cuenta Ascensión. La familia conserva todavía hoy la lata y las fotos, las únicas posesiones de Timoteo durante los meses que pasó en prisión. 

El tiro de gracia 
"Cada noche de mi vida he pensado mucho en cómo cayó a la fosa. Si tumbado o de pies y si aún estaba vivo", relata esta anciana que parece haber hecho un pacto con el calendario: "Quiero sacarle, estar ahí, que me den sus huesos y que me entierren con él", explica Ascensión, que tiene previsto inhumar a su padre en Madrid cuando se abra la fosa común que alberga a Timoteo y a otros 22 represaliados en el cementerio de Guadalajara y donde él es el segundo por abajo. 

Su hijo Francisco Vargas, que acompaña a su madre durante la entrevista con 20minutos, la tranquiliza como viene haciendo desde hace años: "Estaba muerto, les daban el tiro de gracia antes de caer", apostilla. Durante todos estos años, han pasado 76 desde su fusilamiento, la familia ha llamado sin éxito a todas las puertas posibles. 

"Mi hermana nos habló de Argentina y de esta jueza, y decidimos intentarlo allí", explica Francisco. Cada noche de mi vida he pensado mucho en cómo cayó a la fosaDesde entonces han pasado otros dos años. 

"La jueza me dio muchos ánimos. Me escuchó. Vine convencida de que me iba a ayudar", asegura Ascensión, inmersa en una auténtica carrera contrarreloj que en la que se combinan a partes iguales su avanzada edad y sus fuerzas cada vez más mermadas. 

A pesar de todo, Servini de Cubría ha tenido que enviar dos exhortos a la justicia española por un caso que entiende como un "crimen de guerra". "Problemas técnicos para la exhumación" fue la excusa que utilizó el juzgado alcarreño para desestimar el primero y negar la cata de la fosa, tras serle remitido el caso desde la Audiencia Nacional por el juez Pablo Ruz en cumplimiento de la Ley de la Memoria Histórica. 

En el segundo, ya no pudieron negarse a las pretensiones de la argentina y el juez que lo recibió en Guadalajara estimó que se cumplían las condiciones para satisfacer las peticiones de la jueza Servini. 

Si todo discurre como parece, los restos de Timoteo podrían ver la luz en el primer trimestre de 2016, ya que la exhumación está solo pendiente de un trámite burocrático y los últimos permisos. "Quiero estar ahí, quiero verlo", dice su hija, que no pudo acercarse a la fosa "hasta que los socialistas quitaron la valla que separaba el cementerio", recuerda. 

Aunque fue antes, durante el Gobierno de Adolfo Suárez, cuenta Ascensión, "cuando reconocieron a las viudas la Seguridad Social" y entraron por primera vez en el camposanto. La familia colocó entonces la lápida que ha llegado hasta hoy y en la que puede leerse "muerto por la democracia y la libertad". 

La que no llegará a ver la exhumación será Paz Mendieta, una hermana de Ascensión, que antes de fallecer hace cuatro años dejó una poesía para su padre: "Son unos fascistas malos/ No podemos olvidar/ Que el día 16 de noviembre/ Te sacan a fusilar/ Siete hijos dejaste/ Sin dinero y sin pan/ Gracias a mi madre/ Que siempre ha sabido luchar". 

Precedente jurídico
 El logro que está a punto de consumar Ascensión Mendieta y su familia será un revulsivo para muchas otras familias a las que la justicia española ha cerrado las puertas negándose a exhumar el cuerpo de sus seres queridos, muchos de ellos aún en las cunetas. 

A día de hoy, según los datos que maneja la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, que correrá con los gastos de recuparar a Timoteo, hay 1.350 solicitudes de familias pendientes de resolver para que se exhume a sus familiares. En total, la asociación estima que hay, al menos, 2.400 fosas por levantar. 

Esas de las que se tenga conocimiento, ya que muchos de los trabajos, hasta un 40%, se realizan en enterramientos de los que no hay constancia oficial y se trata de fosas que no están recogidas en el mapa que puede consultarse en el Ministerio de Justicia. 

En total, de los 114.000 desaparecidos que dejó la Guerra Civil y la dictadura de Franco, solo se han exhumado alrededor de 6.000, y eso sumando los trabajos realizados por todas las asociaciones que se dedican a la Memoria Histórica. 

No en vano, España es, después de Camboya (donde el régimen comunista de los Jemeres Rojos dejó dos millones de desaparecidos), el país del mundo con más fosas comunes desperdigadas por su territorio. La lucha de Ascensión Mendieta durante toda su vida puede ahora ayudar a que las cosas empiecen a cambiar.

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