dilluns, 21 de novembre del 2016

Ochenta años de la llegada a la Marina Alta de ‘los madrileños’, los niños que huían de las bombas



http://lamarinaplaza.com/2016/11/20/ochenta-anos-de-la-llegada-de-los-madrilenos-los-ninos-que-huian-de-las-bombas/


  • El 20 de noviembre de 1936, llegaron a los pueblos de la Marina Alta, en camiones, centenares de infantes evacuados de un Madrid acosado por los bombardeos de la guerra
  • Parte de aquellos pequeños se quedarían para siempre en la comarca, donde se les conoció como ‘los madrileños’
Veinte de noviembre de 1936. Este domingo se cumplen justo 80 años. La Guerra Civil española había llegado a la capital de España. En lo que se conoció como Batalla de Madrid, y que en realidad duraría ya toda la guerra, se acumulaban ya dos meses de bombardeos. La primera vez que se lanzaban bombas directamente sobre la población civil. El curso escolar acababa de comenzar. Ese día del que este domingo se cumplen justo 80 años, centenares de niños y niñas madrileños llegaban en varios camiones a los pueblos de la Marina, procedentes de Madrid.
Una imagen de las evacuaciones de niños en el Madrid de 1936.
Una imagen de las evacuaciones de niños en el Madrid de 1936.
Familias de Dénia, Xàbia, Pego y les Valls, Pedreguer, Ondara y muchas otras poblaciones, acogieron con los brazos abiertos a aquellos refugiados interiores, e involuntarios, de apenas 2, 3, 4, 5, ó 6 años de edad. Huían del horror, de las bombas que habían visto caer muy, muy cerca. Sobre las calles, y también sobre los grupos escolares del sur de la capital, donde murieron más de cien alumnos. El Gobierno legítimo organizó la evacuación de los niños a zonas más seguras de la retaguardia. “Evacuad Madrid. Confiad vuestra familia a la República”, rezaba la cartelería.
Un grupo de hombres transporta un cadáver tras un bombardeo en la zona madrileña de Tetuáń.
Un grupo de hombres transporta un cadáver tras un bombardeo en la zona madrileña de Tetuáń.
Rápidamente se organizó esa evacuación, en muchos casos sin siquiera poder avisar a los padres. Subieron a los niños a camiones y emprendieron las carreteras hacia tierras alicantinas, y varios cientos de ellos acabaron en los pueblos de la Marina.
Comenzaba así una historia de solidaridad que jamás olvidaría la Marina Alta ni, sobre todo, sus protagonistas. Algunos se quedarían a vivir aquí para siempre. Sus padres habían desparecido o la guerra les dejó en tal situación de pobreza que ya no podrían hacerse cargo de ellos. Aquí serían conocidos como ‘los madrileños’.
Tantos años después, algunos de aquellos ‘madrileños’ todavía tienen grabado en la memoria el horror de los bombardeos sobre Madrid, como queda patente en el documental Els xiquets no volen la guerra que, hace cinco años, promovieron el Ayuntamiento de Xàbia y la Associació Cultural Antoni Llidó, que fue acompañado además de una exposición.
“Del bombardeo, no es que me acuerde, es que veo cómo pasaban [los aviones] por encima de la cabeza. Mira si iban bajito, que yo veía al que llevaba el avión y me miraba. Y yo estaba quietecita. Y se ve que que di tanta lástima, allí con mis hermanas a mi lado y con mi madre también escondida”, que “no tiraron ninguna bomba”. Así revive en el documental el pánico ante los bombardeos Benedita Castaño, una de aquellas niñas que, con sólo 5 años, realizó aquel viaje de Madrid hasta Xàbia.
Puedes visionar el audiovisual íntegro aquí:


Puedes visionar el audiovisual íntegro aquí:
En el caso de Xàbia, los niños llegaron en dos camiones y fueron llevados al cuartel de la Guardia Civil. Allí acudían las familias interesadas en acogerlos y elegían de entre todos ellos a quienes querían llevarse a casa.
En el caso de Xàbia, los niños llegaron en dos camiones y fueron llevados al cuartel de la Guardia Civil. Allí acudían las familias interesadas en acogerlos y elegían de entre todos ellos a quienes querían llevarse a casa.
“Me decían la madrileña, pero la verdad es que soy ‘xabiera’, yo de madrileña ya no tengo nada”. La frase es de otra de aquellas refugiadas que salen en el documental, Paula Rico. En eso coincide con otros de los participantes en el audiovisual. Como si hubieran reseteado aquellos primeros años de horror en Madrid. Pero no los han olvidado, como demuestran sus testimonios. “Recuerdo como en un sueño que me subieron a un camión de carga”, señala Juan Pérez. En su caso, aquel camión le llevaría hasta Dénia cuando tenía cuatro años. Enrique Satué, autor del libro Los niños del frente, destaca que, en realidad, tienen grabado muy dentro lo que vivieron en Madrid. “Algunos habían visto fusilar, venían horrorizados por la guerra”. “El recuerdo era fotográfico, y la memoria milimétrica”.
Homenaje que Xàbia tributó en 2009 a los evacuados de Madrid que todavía quedaban en el municipio.
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