dimarts, 31 d’octubre del 2017

El colegio de A Guarda que fue campo de concentración del franquismo.

http://metropolitano.gal/enfoque/colegio-guarda-fue-campo-concentracion-del-franquismo/


Benedicto Pedreira Puentes, vecino de San Miguel de Oia, fue uno de los más de 5.000 presos y represaliados que pasaron por el Campo de Concentración de Camposancos, en A Guarda, durante la Guerra Civil española. Tenía 23 años y era obrero de la industria conservera en Vigo. Su historia la rescató el vigués Bernardo Vázquez, mientras investigaba sobre los Consejos de Guerra en el área de Vigo.
Desconocido por muchos, en el municipio baixomiñoto de A Guarda se ubicó uno de los campos de concentración para represaliados del franquismo más grandes del noroeste peninsular.Fue uno de los más destacados junto a otros reconocidos como el de la isla de San Simón, en Redondela.
Tras la caída del frente republicano de Asturias, el 21 de octubre de 1937, el Colegio de los Jesuitas, ubicado en Camposancos frente a la costa del Miño con Portugal, comenzó a recibir miles de personas que huían de su fatal destino a manos del ejército sublevado y que finalmente caían en su injusticia.

Los republicanos, traídos en barco hasta el puerto de Baiona, recorrerían en torno a 50 quilómetros hacinados en camiones hasta el propio colegio, reconvertido ahora en un escenario de terror. “Hasta allí llegaron miles presos en una situación terrible, con más de 260 mujeres junto a ellos, algunas embarazadas que tuvieron que dar a luz en el propio recinto en condiciones infrahumanas”, cuenta el experto en historia local José Antonio Uris.
Según las cifras más benevolentes, desde julio del 1938 y hasta agosto del mismo año fueron fusiladas 171 personas, aunque “murieron muchas más por enfermedades e infecciones”, apunta Uris. Más tarde los fusilamientos fueron trasladados fuera de la localidad, a Pontevedra y, especialmente, a Tui, donde ahora se ubica la alameda de la ciudad.
A cargo del campo se encontraba Luís de Vicente Sasiaín. El que fuera censor de prensa extranjera durante la dictadura de Primo de Rivera e incluso presidente del Real Club Celta de Vigo entre 1932 y 1933 volvió al Ejército –tras dejarlo durante el período democrático- para ponerse al frente del Tribunal Militar Nº1 de Gijón, el único tribunal “itinerante” y el que se instaló en el Campo de A Guarda. En dos meses, este tribunal dictó 225 penas de muerte con acusaciones de todo tipo y sin ningún precepto legal, según señala Bernardo Vázquez, quien explica como a los republicanos encerrados allí “se les acusaba por rebelión militar o deserción en sumarios condenatorios sin fundamento jurídico alguno”.

Homenaje en el cementerio de Camposancos en la fosa común donde se encuentran 49 republicanos fusilados

Hoy, el antiguo Colegio de los Jesuitas languidece entre especulaciones inmobiliarias y el abandono de los años. Las malas hierbas y la maleza se adueñan del edificio que vivió los horrores de la dictadura. Junto a él, urbanizaciones de veraneo a orillas de la costa del río Miño. Tras sus muros, su historia sigue oculta a los ojos de los turistas que recorren parte del camino portugués de la costa que cruza frente a su fachada.
Hace unos días, 79 años más tarde de aquellos terribles acontecimientos, en el Cementerio de Sestás, en Camposancos, un centenar de vecinos volvió a rendir homenaje a los hombres que perdieron la vida en su lucha por defender los valores democráticos. Allí, con una humilde placa, se rinde tributo a 49 de los enterrados en una fosa común del cementerio. Es el caso Francisco Poo Fernández, 23 años y natural de Posada de Llanes, Avelino Martínez, 34 años y procedente de Mieres, o Felipe Menéndez, 37 años y vecino de Oviedo. Así hasta llegar a 49. Todos ellos permanecen juntos por el explícito deseo de la Asociación de Viudas Republicanas Rosario de Acuña y Villanueva. Y allí siguen, como testigos del duro coste que tuvo para ellos la lucha por la libertad y la democracia.

https://diariodeunmedicodeguardia.blogspot.com.es/2017/07/medicos-republicanos-presos-druante-la.html

sábado, 29 de julio de 2017

Médicos republicanos presos durante la Guerra Civil y posguerra en Camposancos ( A Guarda-Pontevedra): A propósito del documental “Memorial Camposancos”


 El Dr. Francisco Bejarano Fraile (a la izquierda) en la cárcel de Camposancos en 1940. Foto cedida por su familia para el libro "Médicos ourensanos represaliados en la Guerra Civil y en la posguerra" (2002 y 2010, Ed. Fundación Dez de Marzo), autor libro David Simón. http://www.f10m.org/nova/226

MEMORIAL CAMPOSANCOS
A través de Luis Miguel Cuervo Fernández, hemos tenido noticia de que el documental “Memorial Camposancos” ya está en Internet.

Dirigido por José Ballesta y Miguel Anxo Fernández, “Memorial Camposancos”, intentó y en parte logró, recuperar la memoria histórica de los más de tres mil presos, en su mayoría asturianos capturados tras la caída del Frente Norte, que pasaron por el campo de concentración de CAMPOSANCOS-A Guarda (Pontevedra). Este campo de concentración, mas bien cárcel, estaba situado en el antiguo Colegio de los Jesuitas de Camposancos, en la orilla del río Miño, que hacía de frontera con Portugal.  La cárcel de Camposancos llega a tener 1.660 prisioneros en Junio de 1938. 
 El documental logró aunar muchos apoyos, contando con la colaboración de la Agencia Asturiana de Cooperación al Desarrollo, los ayuntamientos de Gijón, Avilés, Mieres y Langreo, la Fundación Juan Muñiz Zapico y la Xunta de Galicia.

Colegio Jesuitas Camposancos A Guarda, Pontevedra. Postal años 20. Tomada del  libro "Médicos ourensanos represaliados en la Guerra Civil y en la posguerra" (2002 y 2010, Ed. Fundación Dez de Marzo), autor libro David Simón. http://www.f10m.org/nova/226

STORIES DE UN MÉDICO REPUBLICANO EN LA CÁRCEL DE CAMPOSANCOS..Y EN LA DE SANTA ISABEL (SANTIAGO): EL DR. FRANCISCO BEJARANO FRAILE.


Hubo médicos republicanos encarcelados en dicho penal-campo de concentración, entre ellos el doctor Francisco Bejarano Fraile.
El doctor Francisco Bejarano Fraile (Valladolid, 1900 – Ribadavia, Ourense, 1981) estudió la carrera de Medicina en Valladolid, y en plenos estudios fue destinado a Marruecos en 1922. Obtiene el título en 1926. Inicialmente trabaja en Málaga, y posteriormente en Aldeanueva de Guadalajara, donde funda y preside el Partido Comunista local. Llegará a ser secretario del Colegio de Médicos de Guadalajara, así como Inspector Municipal de Sanidad de dicha provincia antes del inicio de la Guerra Civil.
Al iniciarse la sublevación militar contra el gobierno de la República se alista voluntario en el Batallón Rosemberg en Sanidad. Estuvo en diferentes frentes hasta casi el final de la guerra en que es destinado al Hospital de Guadalajara. Ejerció como capitán médico en el bando republicano. Al terminar la guerra, ya casado y con tres hijos, es condenado a muerte, de la cual se salva gracias a la intervención de su padre, abogado de profesión que conocía a Queipo de Llano y a otros generales. Es indultado de la pena de muerte y condenado a doce años y un día de cárcel por delito de “auxilio a la rebelión”. Sufre prisión primero en Guadalajara, siendo trasladado en 1940 a la cárcel de Camposancos.
 Junto con otros muchos presos, y debido a una epidemia de chinches y pulgas, fue trasladado a finales de 1941 a la cárcel de Santa Isabel (Santiago) hasta marzo de 1942. La vida en la prisión de Santa Isabel con más de mil prisioneros políticos, y algunos comunes, era extremadamente dura, ya que casi una docena de personas morían diariamente por inanición y avitaminosis. Bejarano se hizo cargo de la Enfermería como “médico recluso” tanto en Camposancos como  en Santa Isabel. En ambas cárceles continuó su labor de militancia y reorganización política.
Por intercesión del cirujano traumatólogo Manuel Álvarez Álvarez y del doctor Morandeira, que lo conoció estando en la prisión de Santa Isabel, consiguieron que saliera de la cárcel y que fuera desterrado a Cortegada de Baños (Ourense), en donde tenía familiares el doctor Álvarez. Estuvo en libertad condicional hasta mayo de 1945.
Al llegar a Ourense inmediatamente intenta colegiarse, pero inicialmente le es denegado el permiso. No lo conseguirá hasta 1946.
En Cortegada trabajó durante siete años como médico por libre ya que el gobierno franquista le privó de todos sus derechos profesionales. Estuvo sancionado económicamente hasta el fin del franquismo. Posteriormente desde 1951 ejerció, siempre privadamente, en Castrelo de Miño durante tres años y, finalmente, en Ribadavia desde 1954 hasta su jubilación. Sólo en los últimos años le ofrecieron alguna sustitución en el SOE.

El Dr. Francisco Bejarano Fraile  a su salida de la cárcel de Santa Isabel (Santiago) aprox. 1943.. Foto cedida por su familia para el libro "Médicos ourensanos represaliados en la Guerra Civil y en la posguerra" (2002 y 2010, Ed. Fundación Dez de Marzo), autor libro David Simón. http://www.f10m.org/nova/226

El Dr. Francisco Bejarano Fraile  en años 50 . Foto  de su ficha en Colegio de Médicos de Ourense. Tomada del libro "Médicos ourensanos represaliados en la Guerra Civil y en la posguerra" (2002 y 2010, Ed. Fundación Dez de Marzo), autor libro David Simón. http://www.f10m.org/nova/226

Documento del expediente personal del  Dr. Francisco Bejarano Fraile en Colegio de Médicos de Ourense, en el cual se le niega la posibilidad de colegiarse.  Tomada del libro "Médicos ourensanos represaliados en la Guerra Civil y en la posguerra" (2002 y 2010, Ed. Fundación Dez de Marzo), autor libro David Simón. http://www.f10m.org/nova/226

A Galicia llega clasificado como “comunista peligroso”, por lo que durante años tuvo que pedir salvoconductos a la Guardia Civil para realizar desplazamientos a Ourense o a cualquier otro lugar. Pese a estar en libertad vigilada no perdió oportunidad de contactar con la guerrilla antifranquista.
Aún hoy en día se oye hablar de Bejarano a los ancianos de la comarca de Castrelo de Miño y Ribadavia: “Íbamos a que nos mirara Bejarano”. Era como ir a buscar “a Fonte Limpa”, – como se decía en el argot popular al referirse al prestigio de la Escuela Médica Compostelana–. Era una mirada que implicaba el “baixarse bén”, “mirar por el enfermo”....


A MI PADRE

 (Versos de “Recuerdos”, de R.J. Bejarano (hijo del Dr. Bejarano))
....Tu figura estilizada,
pelo negro, mentón firme
energía irradiaba
y había un no se qué
de valentía sellada
a pesar de los pesares
de las fatigas pasadas,
Camposancos, Santa Isabel,
guerra siempre en las entrañas
entregando lo mejor.
Cadenas rotas
estallan en tu pecho
a golpes de martillo,
clavos de fuego has grabado
en el corazón del yunque.
Traje gris a rayas, impecables,
así te recuerdo.....

Camino junto a mi padre,
médico del lugar
y juntos cruzamos montes
con seguro y firme andar,
recorremos las montañas
caminamos junto al mar
y pedimos al futuro
un destello singular.

(Versos de “Recuerdos”, de R.J. Bejarano)






Mas información sobre Dr. Bejarano en el libro "Médicos ourensanos represaliados en la Guerra Civil y en la posguerra" (2002 y 2010, Ed. Fundación Dez de Marzo), autor libro David Simón. Verhttp://www.f10m.org/nova/226

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Enlaces: 
80 anos da Guerra Civil de Espanha lembrados em Caminha. Camposancos: um campo de concentração e de extermínio diante dos nossos olhos